El origen del virus y el final de la pandemia son algunos de los misterios aún por resolver al inicio del tercer año desde que apareció COVID-19.
A un tris de entrar al tercer año de la pandemia, el desarrollo de una serie de vacunas seguras y efectivas contra COVID-19 grave significaron uno de los hitos más relevantes en la historia de la ciencia. Sin embargo, aún quedan distintas incógnitas qué resolver antes de poner fin a la pandemia que puso de cabeza al mundo desde finales de 2019.
Éstas son las más relevantes, cuya respuesta podría aclarar el panorama y acelerar la lucha contra el nuevo coronavirus:
El origen del virus

El 17 de noviembre de 2019, China identificó a la primera persona diagnosticada con la enfermedad provocada por el virus SARS-CoV-2. Más de dos años después y 275 millones de casos positivos a nivel mundial, aún no existe certeza alguna sobre el origen del nuevo coronavirus.
Después de una larga polémica sobre el hermetismo de China para colaborar con las investigaciones de la OMS, la institución envió una misión científica con 13 expertos a Wuhan con el fin de averiguar el origen del virus; sin embargo, el informe final se limitó explicar que el origen animal del virus es el más probable:
Según la OMS, el SARS-CoV-2 se transmitió de los murciélagos, que fungieron como huésped natural, a un animal hasta ahora desconocido, pero que funcionó como huésped intermediario (las principales sospechas señalan al pangolín, visón o hurón), del cual dio el salto final a nuestra especie.
Y aunque en octubre de 2021 la OMS alcanzó un acuerdo con China para volver al trabajo de campo, conocer el origen del virus es parte de una carrera contrarreloj que cada vez se torna más complicada.
El alcance real de ómicron

Justo cuando el mundo comenzaba a superar la ola de contagios impulsada por la variante delta, el surgimiento de ómicron ha provocado cifras récord en aquellos países donde está a punto de convertirse en una variante dominante.
Identificada por primera vez en Sudáfrica a finales de noviembre de 2021, ómicron ya ha roto el récord de contagios diarios en Inglaterra (93,045) y está convirtiendo a Europa en el nuevo epicentro de la pandemia. En la semana previa a Navidad, los Países Bajos fueron el primer país en volver a los confinamientos obligatorios, mientras que el resto de la Unión Europea endurece sus políticas y acelera la tercera dosis de refuerzo
Con la información disponible hasta el momento, los expertos consideran que ómicron es la más contagiosa de las variantes de COVID-19; sin embargo, este aumento no parece impactar con la misma fuerza que las variantes anteriores en hospitalizaciones y casos graves: en Sudáfrica, los contagios alcanzaron un nuevo pico, pero las hospitalizaciones de la ola provocada por ómicron fueron nueve veces menores que las anteriores.
De ahí que la evidencia actual considere a ómicron una variante menos agresiva que delta en términos generales; no obstante, el frenético ritmo de nuevos contagios supone una amenaza a los sistemas de salud, mermados tras una carga de dos años combatiendo la pandemia.
El fin de la pandemia

Más de 24 meses después del primer caso de COVID-19, aún no está claro el panorama que llevará a decretar el final de la pandemia. Si bien no existe consenso o definición oficial sobre las condiciones que deben reunirse para poder afirmar que la humanidad venció al nuevo coronavirus, el primer paso es mantener un descenso sostenido en el número de nuevos casos a nivel mundial.
Aunque en el pasado se consideraba a la inmunidad de rebaño como la clave para poner fin a la pandemia, la situación actual caracterizada por la emergencia de nuevas variantes arroja un escenario distinto: según los expertos, COVID-19 no desaparecerá en definitiva, sino que se convertirá en una enfermedad endémica cada vez menos letal y mejor controlada.
Los esquemas de vacunación

Las vacunas funcionan. La evidencia científica recopilada desde el 8 de diciembre de 2020 (cuando se aplicó la primera vacuna contra COVID-19) demuestran que la pandemia se ha contenido en gran medida gracias a la inmunización.
Sin embargo, tanto la desigual distribución de vacunas a nivel mundial como la aparición de nuevas variantes suponen nuevos desafíos para las vacunas creadas hasta ahora. De ahí que en el contexto actual, la aplicación de una tercera dosis de refuerzo se considere esencial para mantener la respuesta inmune ante ómicron y otras variantes emergentes.
Desde esta perspectiva, hasta ahora no hay un esquema de vacunación que asegure protección de por vida. Si COVID-19 se convierte en una enfermedad endémica con brotes localizados temporalmente (tal y como la influenza), las inmunizaciones anuales antes de las estaciones más frías del año se conviertan en la regla en lo sucesivo.
Ahora lee:
Qué podemos esperar del tercer año de pandemia, según la ciencia
El plan de Elon Musk para instalar chips en cerebros humanos durante 2022

