La reducción de actividades de diagnóstico de VIH en México promovió una falta de atención a los pacientes positivos durante la pandemia.
por Iker Jáuregui y Andrea Fischer
Lo que en el primer año de la pandemia parecía una drástica reducción de más del 50 % en los casos de VIH en México se ha revelado como un espejismo. Ahora que los centros de salud empiezan a regresar a sus tareas habituales, las actividades de diagnóstico se retoman con normalidad.
En 2020, los casos positivos de VIH registrados en México por la Secretaría de Salud disminuyeron de los 19 mil del año anterior a tan solo 9 mil 707. Esto se traduce en decremento en más de la mitad de los diagnósticos, precisamente cuando los contagios por COVID-19 estaban en su punto más álgido. En un principio, esta noticia que dio un poco de luz en medio de la tormenta.
Sin embargo, con la reactivación de las instituciones de salud de primer y tercer nivel, el número de casos positivos ha comenzado a regresar a los niveles de antes. Normalmente, éstas son las encargadas de atender a pacientes con VIH en México. Sin embargo, durante los meses que van de pandemia, volcaron sus esfuerzos en el tratamiento y emergencias relacionados a COVID-19.
Sin servicios hospitalarios, no hay diagnósticos
La información preliminar del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha registrado más de 12 mil 500 casos de VIH en lo que va de 2021, con notables aumentos conforme la estrategia nacional de vacunación avanza y los servicios de salud vuelven a la normalidad.
Sin embargo, la cifra deja de lado a las personas que tuvieron que interrumpir su tratamiento por la falta de recursos que trajo consigo la emergencia sanitaria global. Tal es el caso de cientos de mujeres que recibían atención en la Clínica Especializada Condesa de la Ciudad de México, según explica Alejandra Echavarría, quien da acompañamiento a las pacientes:
“Puedo hablar por muchas de las mujeres con las que trabajo”, se sincera. “Muchas de ellas se quedaron sin trabajo, […] y no tienen los medios económicos para ir a una consulta”.
Al respecto, la Dra. Andrea González, directora de la institución, expresó su preocupación en una entrevista exclusiva para Muy Interesante México. Según ella, 70 % de los diagnósticos cayeron por el cierre de servicios en el país:
“Tuvimos personas que requerían hospitalización fundamentalmente por neuroinfecciones”, explica la especialista, “por infecciones e infecciones respiratorias que no encontraron hospitalización y se murieron antes de poder entrar”.
En 2021, la tendencia no se revirtió. Por el contrario, durante las primeras semanas del año, cuando el semáforo epidemiológico aún cubría de rojo la mayoría de los estados del país, no se rebasaban los 70 casos por semana. En contraste, la cifra del último reporte semanal asciende a los 357 casos de VIH en México.
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Pacientes desprotegidos

Sin un servicio de diagnóstico eficaz, la población seropositiva quedó expuesta a un riesgo grave durante la pandemia. En el caso del VIH, un diagnóstico tardío impide el tratamiento adecuado y puede derivar en su evolución crítica, con síntomas de mayor importancia.
El colapso de los servicios ha ocasionado el aumento general de los pacientes en los etapas más avanzadas y delicadas de la infección. 34 % de los mexicanos diagnosticados este año se encuentran en los últimos dos de los cuatro estadios clínicos en que se clasifica la gravedad del virus, dependiendo de la afectación al sistema inmunológico.

A través de un seguimiento médico constante y terapia antirretroviral, es posible evitar el progreso de la enfermedad e incluso tenerla en niveles controlables dentro de un plazo de seis meses. Sin embargo, es de suma importancia que se inicie con el tratamiento de inmediato, tan pronto se recibe el diagnóstico positivo. De lo contrario, se corre un riesgo grande para que el virus progrese y el paciente desarrolle infecciones oportunistas, por la deficiencia de su sistema inmune, e incluso SIDA.
En el marco del Día Mundial de la lucha contra el SIDA —conmemorado, como todos los años, el 1 de diciembre—, las personas seropositivas en México han quedado rezagas y vulnerables por la emergencia sanitaria del COVID-19. La omisión del Sistema Nacional de Salud pone en riesgo letal las vidas de toda una población que no tiene tiempo que perder.
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