Gracias a imágenes captadas por el telescopio espacial Spitzer, los astrónomos lograron observar dos agujeros negros masivos que por su movimiento, pareciera que parece que bailan entre sí.
Los científicos han explicado cómo el ‘baile’ de agujeros negros crea una llamarada más brillante que un billón de estrellas, con la ayuda de datos del telescopio Spitzer.
Debido a que los agujeros negros tienen una fuerza gravitacional tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar, no se pueden observar directamente y, por lo tanto, son difíciles de estudiar.
Asimismo, después de más de 120 años de observaciones y décadas de construcción de modelos de computadora, los astrónomos finalmente descubrieron qué están haciendo estos agujeros negros, gracias a los datos del ahora retirado telescopio espacial Spitzer de la NASA.
Los dos agujeros negros “danzantes” se encuentran a tres mil 500 millones de años luz de la Tierra en el centro de una galaxia llamada OJ 287.

El más grande de los dos es uno de los agujeros negros más grandes jamás encontrados, con un peso de más de 18 mil millones de veces la masa del Sol.
Orbitando alrededor de este gran agujero negro hay otro mucho más “pequeño” que tiene aproximadamente 150 millones de veces la masa del Sol.
Dos veces cada 12 años, el agujero negro más pequeño pasa a través del disco de acreción más grande, o la banda plana de polvo y gas que cae en el agujero negro, creando destellos brillantes de luz.
Esta animación muestra la órbita del agujero negro más pequeño alrededor de su compañero de agujero negro más grande en la galaxia OJ 287. (Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech
Debido a que la órbita del pequeño es irregular, su posición cambia con cada ciclo de 12 años alrededor de su compañero, estos destellos no ocurren en un horario regular. A veces pueden ocurrir con solo un año de diferencia, mientras que otras veces pueden pasar hasta una década entre brotes.
El tiempo aparentemente aleatorio de las bengalas ha dificultado que los astrónomos descubran exactamente qué tipo de “baile” están haciendo estos agujeros negros.
Una simulación por computadora en 2010 pudo predecir los brotes en una o tres semanas. En 2018, otro grupo de investigadores publicó un nuevo modelo que según ellos podría predecir la ocurrencia de las erupciones en cuatro horas.
Ahora bien, en un nuevo estudio, publicado el 28 de abril en The Astrophysical Journal Letters, el mismo grupo de investigadores informó que las observaciones de Spitzer de una llamarada el 31 de julio de 2019 confirmaron que su modelo es correcto.
El telescopio espacial Spitzer, que la NASA desmanteló en enero, estaba en el lugar correcto en el momento adecuado para observar la bengala ese día, cuando ningún otro telescopio en la Tierra o en el espacio pudo verlo. En ese momento, OJ 287 estaba en el lado opuesto del Sol desde la perspectiva de la Tierra.
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Agujeros negros cumplen la teoría de la relatividad de Einstein
“La relatividad general de Einstein predice que las órbitas unidas de un objeto alrededor de otro no están cerradas, como en la gravedad newtoniana, sino que avanzan hacia adelante en el plano de movimiento”.
Así lo aseguró Reinhard Genzel, director del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania, a través de un comunicado.
Los hallazgos
Asimismo, este avance fortaleció la evidencia de que Sagitario A *, ubicada al centro de la Vía Láctea, tiene que ser un agujero negro supermasivo de cuatro millones de veces la masa del Sol.
Sagitario A * es el agujero negro supermasivo que se ubica en el centro de nuestra galaxia (se cree que cada galaxia tiene un agujero negro supermasivo en su centro).
¿Qué es un agujero negro supermasivo?
Un agujero negro supermasivo es un agujero negro con una masa del orden de millones o decenas de miles de millones de masas solares.
Estudios científicos sugieren fuertemente que la Vía Láctea tiene un agujero negro supermasivo en el centro galáctico, llamado Sagitario A*.
Finalmente, los astrónomos esperan que el sistema de agujeros negros en OJ 287 genere ondas gravitacionales que sean lo suficientemente fuertes como para alterar la órbita del agujero negro más pequeño, según un comunicado.