¿Alguna vez te has preguntado cómo se ve el interior de la boca de un caracol? Pues la realidad es que la anatomía involucrada en la alimentación de caracoles terrestres y babosas es única: miles de pequeños dientes.
Ambas especies han evolucionado para comer de casi todo. Son herbívoras, carnívoras, omnívoras y detritívoras (comen residuos en descomposición de las plantas y otros animales). Existen ciertas especies que comen gusanos, vegetación, vegetación podrida, desechos animales, hongos y otros caracoles.
Miles de dientes microscópicos
Los caracoles comen con la mandíbula y una banda flexible de miles de dientes microscópicos, llamados rádula. Ésta raspa partículas de comida y la mandíbula corta trozos de comida más grandes, como una hoja, para ser raspados por la rádula.
Para entender cómo se ven la mandíbula única y la banda radular en un caracol terrestre, investigadores del Glendale Community College fotografiaron a un caracol común europeo (Cornu aspersum) comiendo una película de almidón de maíz y bebiendo agua de un pedazo de vidrio.

Sin embargo, las imágenes no permitieron visualizar la composición de la rádula de manera clara.
La única manera de apreciarla realmente es a través de un microscopio. Por ello, decidieron observar a una babosa Limacus sp a través de un microscopio electrónico de barrido (MEB), el cual mostró una imagen altamente detallada.

La rádula está compuesta por los miles de pequeños dientes o dentículos que se encuentran sobre la lengua, la cual es un órgano en los caracoles y las babosas.
De esta manera, conocer la anatomía de la alimentación de estas especies ayuda a los investigadores a determinar su identidad (especie). Sus dentículos son un elemento esencial tanto para sobrevivir como para identificarse.
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