Investigadores japoneses buscan utilizar las burbujas como una forma de volver más eficientes las centrales eléctricas
Al abrir una botella de champaña, la presión sobre el líquido es removida de forma abrupta, lo que causa la formación de burbujas. Estas burbujas, comienzas de forma veloz un proceso llamado la maduración de Ostwald, nombrado así por el científico que lo descubrió en 1896. Burbujas de mayor tamaño, que contienen más energía que las pequeñas, atraen moléculas y se vuelven aún más grandes. Es un fenómeno que puede ser observado no sólo en la champaña, sino también en espumas, aleaciones metálicas e incluso el helado.
La maduración de Ostwald sucede a gran escala en las plantas de energía, cuando las burbujas se forman en el agua caliente que esta siendo transformada en vapor para dirigir las aspas de las turbinas eléctricas, un factor que puede reducir la eficacia del proceso. Hasta ahora, los científicos no habían podido descifrar de que forma esto funciona dentro del ambiente sobrecalentado de una central eléctrica, y no han podido calcular la tasa de las burbujas formadas.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Tokio en conjunto con la Universidad Kyusyu y RIKEN (un instituto de investigación privada en Tokio), ha realizado un avance para la comprensión de la maduración de Ostwald. Haciendo una simulación a computadora de la formación de las burbujas.
El equipo de investigadores simulo la impresionante cantidad de 700 millones de partículas, siguiendo sus movimientos colectivos durante un millón de pasos, hazaña que lograron utilizando 4,000 procesadores para demostrar una simulación paralela.
Los resultados, publicados en la revista Journal of Chemical Physics, podrían brindar conocimientos para el desarrollo de turbinas más eficientes.
Crédito de la imagen: Tobias Dahlberg/ Pixabay

