En una cueva que habría sido habitada hace 77,000 años, primitivos humanos tenían comportamientos modernos
A unos 40 kilómetros de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, un equipo internacional de arqueólogos descubrió un asentamiento de la Edad de Piedra. La cueva, que habría sido habitada hace 77,000 años, contaba con ‘colchones’ vegetales que repelían los insectos.
En Science, los investigadores, dirigidos por Lyn Wadley, de la Universidad del Witwatersrand, Johannesburgo, explican haber encontraron los restos de lo que parece ser la evidencia más antigua de un colchón, como parte de las excavaciones que desde 1998 llevan a cabo en el abrigo rocoso de Sibudu, a unos 15 kilómetros del océano Índico.
Ellos descubrieron al menos 15 capas diferentes en ‘colchones’ construidos prensando plantas. Los primitivos ‘sapiens’ amontonaban capas de pocos centímetros formadas por semillas, hojas de juncias y juncos, extendidas desde uno a tres metros cuadrados. Las hojas eran la mayoría de un árbol de la especie Cryptocarya woodii, que en su composición tiene sustancias insecticidas, lo cual muestra que los habitantes primitivos de Sibudu conocían aplicaciones medicinales de las plantas de su entorno.
Las juncias pudieron haber sido recogidas de un río que pasaba entonces cerca de la cueva usada como refugio, el uThongathi River. Aunque el lecho no fuera usado para dormir, sí era una superficie mucho más cómoda para vivir y trabajar que el duro suelo, señala la investigadora Wadley.
El análisis microscópico también reveló que el lecho fue restaurado en varias ocasiones; era quemado de vez en cuando. “Lo quemaban para eliminar parásitos, lo que supone un nuevo uso del fuego por parte de la especie humana”, destacan los arqueólogos.
A partir de hace 58,000 años, aumentó el número de ‘colchones’, hogueras y montones de ceniza, quizá por la mayor cantidad de habitantes en el refugio y en general en África.
Los arqueólogos recuerdan que hace unos 50,000 años, los seres humanos modernos comenzaron a salir de ese continente, si bien últimos hallazgos los sitúan en la Península Arábiga miles de años antes. En todo caso, este hallazgo adelanta hasta 50,000 años la fabricación de las primeras esteras para dormir, en la misma región donde se han descubierto otros utensilios de gran importancia, como las conchas marinas perforadas, huesos afilados en punta, utilizados para la caza, e incluso algunas evidencias del posible uso de arcos y flechas, trampas y pegamento para las herramientas. En Ciudad del Cabo, no muy lejos, recién se encontró lo que sería el primer taller de arte de la Humanidad.

