Teorías aluden al dióxido de carbono como una hipotética causa de que el juego haya incrementado en hits y altura
Teorías apuntan que el cambio climático podría afectar la cantidad de cuadrangulares en el beisbol, de acuerdo con un artículo publicado en la página de Scientific American.
Tim McCarver, catcher retirado del baseball que trabaja como comentarista de Fox, y que recientemente fue inducido al Salón de la Fama del Beisbol, es considerado unos de los analistas más influyentes, y los admiradores bien lo pueden odiar o amar. ¿Por qué?
Si McCarver realmente quiso ser más odiado, no hubo mejor manera de lograrlo que vincular el cambio climático con el pasatiempo americano, en televisión nacional, en medio del juego Cardinals-Brewers.
Después de dos cuadrangulares seguidos, McCarver comentó: “No ha sido comprobado, pero en el fondo pienso que se probará que el aire está más delgado; han habido cambios climáticos durante los últimos cincuenta años en todo el mundo, y creo que esa es una de las razones del porqué las bolas se desplazan mejor de lo que yo recuerdo”.
Un bloguero de DeadSpin llamó al comentario de McCarver como “una de las cosas más estúpidas de las que se hayan hablado en una transmisión televisiva hasta ahora”.
¿Podrían las temperaturas elevadas y el aire delgado provocar más jonrones (home runs)?
Robert Adair, un retirado profesor de física de la Universidad de Yale, que ganó notoriedad hace algunos años cuando su libro, La Física del Beisbol, dio explicaciones de carácter académico del porqué las diferentes formas de lanzamiento adquieren tantos y diversos efectos, lo plantea así:
Calculó que en una temperatura de 16 grados Centígrados se le añadiría de 0.30 a 121 metros de impulso a una bola, lo que aumentaría en 1.75% las probabilidades de hacer un cuadrangular.
Esto no es nuevo para el climatólogo de la Universidad de Pennsylvania, Michael Mann, autor de El Stick de Hockey y las Guerras del Clima. Mann ha estado viviendo con una combinación de ataques personales y reconocimiento científico por su trabajo sobre el clima, que también alude a los deportes.
Mann arrojó un punto en contra de la teoría de McCarver, alegando que las emisiones de carbono detrás del cambio climático podrían, incluso, disminuir el índice de cuadrangulares:
“Las emisiones antropogénicas de carbono y el calentamiento global deberían hacer la atmósfera más densa despidiendo dióxido de carbono. Teniendo una atmósfera más caliente habría más vapor de agua en el ambiente. Tanto el CO2 como el agua vaporizada contribuyen, sinuosamente, a la masa atmosférica”, sugiere en su libro.
Una atmósfera cambiante podría ser un jugador clave en los múltiples factores que afectan a los bateadores de cuadrangulares: muchos contabilizadotes han monitoreado tanto el peso como la altura de hits desde hace un siglo:
En 1910, el promedio de hits osciló en 1.5 metros con una fuerza de 77 kilos. En 2010, se incrementó a 1.8 metros el promedio, con una fuerza de 93 kilogramos (según estadísticas de la época).
Desarrollo del juego
Los peloteros han crecido más grandes y fuertes. La dieta, entrenamiento y condiciones de juego han mejorado; los bates y pelotas son de manufactura precisa, y el montículo de los pitchers ha ido aumentando y disminuyendo. También la zona de strike se ha encogido y ampliado.
Antes de llegar al tópico de los esteroides, existen suficientes variables para desarrollar una duda legítima acerca del cambio climático y los cuadrangulares.
Y aunque el fenómeno climático afecta a una miríada de factores físicos, sociales y psicológicos, cuantificar y cualificar cada uno de ellos supone, en sí, una tarea nada encomiable para la duda científica… aunque los hechos estén ahi.

