Carl Sagan, consumidor ocasional de marihuana, escribió un ensayo con sus experiencias personales sobre los efectos del cannabis.
En 1967, Lester Grinspoon, profesor emérito de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, decidió comenzar el estudio más ambicioso hasta el momento sobre los efectos de la marihuana.
Lejos de partir desde una mirada objetiva, el principal impulso de Grinspoon era mostrar de una vez por todas los efectos perjudiciales de la marihuana, poner fin a los debates sobre su prohibición y muy especialmente, convencer a su grupo de amigos fumadores (entre ellos Carl Sagan) de los daños que traía consigo consumirla.
Para entonces, Sagan era profesor e investigador en Harvard y llevaba una década consumiendo marihuana de forma ocasional con colegas y amigos. Por invitación directa de Grinspoon, el astrofísico y divulgador participó en el estudio y cuatro años más tarde, los resultados de la portentosa investigación vieron la luz en un libro titulado “Marihuana reconsiderada (1971)”.

Además de los pormenores de la investigación elaborada a lo largo de cuatro años, el libro incluyó un breve ensayo que apoyaba las conclusiones desde una perspectiva personal.
El texto fue firmado por Mr. X, el pseudónimo que utilizó Sagan para evitar comprometer su puesto como asesor de la NASA y académico.
En el ensayo, Sagan explica que el origen de su consumo de marihuana se debió a su círculo de amistades en Harvard y que después de intentar experimentar sus efectos unas cinco o seis veces, la experiencia positiva de la primera vez lo llevó a seguir fumando de forma ocasional:
“…desde entonces he fumado cannabis de manera ocasional y la he disfrutado a cabalidad. Despierta la sensibilidad adormecida y produce efectos incluso más interesantes, según explicaré más adelante”.
Para Carl Sagan, fumar cannabis aportaba una sensibilidad sensorial única. El divulgador de la ciencia explica que la marihuana le ayudó a mejorar su apreciación por la pintura, la música y hasta el placer que produce el sexo.
“Con la cannabis uno se da cuenta de que a lo largo de nuestras vidas somos entrenados para ignorar lo que nos rodea”, escribió, al tiempo que describía que el consumo le producía un estado “siempre reflexivo, pacífico, intelectualmente excitante, sociable y, a diferencia de la mayoría de los efectos del alcohol, nunca hay resaca”.

De la mano de la curiosidad desbordante que lo caracterizó, Sagan también compartió sus experiencias personales sobre las sensaciones y habilidades cognitivas que tenía mientras se encontraba bajo el influjo del cannabis.
El autor de ‘Cosmos’ (1981) describe su experiencia al realizar distintas actividades como manejar o hablar con su hijo sin problema alguno mientras había consumido marihuana:
“A lo largo de los años, descubrí que cantidades ligeramente más pequeñas de cannabis son suficientes para producir el mismo grado de euforia, y en una sala de cine descubrí recientemente que podía ponerme con solo inhalar el humo de cannabis que impregnaba la sala”.
Fiel a su militancia política y pensamiento crítico, Sagan concluyó convencido de que la penalización de la marihuana era un sinsentido y en charlas con el propio Grinspoon consideraba que el uso recreativo de cannabis debía ser aprobado en menos de un par de años en los Estados Unidos:
“Ojalá que el momento de la legalización no esté muy lejano; la ilegalidad es un despropósito, un impedimento para la utilización cabal de una droga que ayuda a producir tranquilidad, las intuiciones, sensibilidad y los sentimientos de amistad que tan desesperadamente se necesitan en un mundo cada vez más disparatado y peligroso”.
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