La creencia popular sería que hay paz y tranquilidad, pero aquí te demostramos todo lo contrario
Un despertar en la ciudad, cerca de escandalosos aparatos, de tráfico que jamás para, e innumerables estímulos físicos y psíquicos, es un poco de como la sociedad moderna a menudo parece ser inmune al ruido y al ajetreo. Es por esto que investigadores, descubren el tema clave: el silencio. Afirmando que el silencio es un recurso que podría ser comercializado como el agua limpia o las setas, considerando que en el futuro, la gente estará dispuesta a pagar por la experiencia del silencio.
En un mundo en voz alta, el silencio vende. Finlandia vio que era posible hacer, literalmente, algo de la nada.
En los últimos años científicos han puesto de relieve el peculiar poder del silencio para calmar nuestros cuerpos, subir el volumen en nuestros pensamientos, y sintonizar nuestra conexión con el mundo. Sus hallazgos empiezan donde no esperarías: con el ruido.
La palabra "ruido" viene de una raíz latina que significa mareo o dolor, y ahora investigadores parecen confirmar la antigua noción de que el ruido lastima, perturba y enferma: Convirtiéndose en un sinónimo del estrés.
Luciano Bernardi, medico y músico, realizó un estudio seminal, utilizando la música como medicina, sus investigaciones no estaban dirigidas a los efectos del silencio sino de la música, pero en los intervalos de la música, la neurofisiología del silencio se empezó a evidenciar.
Los espacios registrados de silencio intercalados al azar tenían un efecto notorio en el ritmo cardíaco, la respiración y los registros cerebrovasculares. Se afirma que pausas de 2 minutos eran mucho más relajantes que el silencio continuo.
De alguna manera el silencio se convierte en un medio ambiente enriquecido, que estimula el crecimiento neural.