Científicos combinan el cerebro y la electrónica para entender mejor al enigmático órgano y cómo tratar sus enfermedades
La tecnología ciborg abandona el ámbito de la ciencia ficción y aporta avances tangibles en el desarrollo de piel electrónica, prótesis cada ves más innovadoras y circuitos ultraflexibles. Llevando este matrimonio entre hombre y máquina a niveles sin precedentes, científicos combinan el cerebro y la electrónica para potencialmente transformar nuestro entendimiento de este enigmático órgano y cómo tratar sus enfermedades más devastadoras.
Durante los últimos siete años, el investigador Charles M. Lieber de la Universidad de Harvard se ha enfocado en reducir la ciencia ciborg a una escala miles de veces más pequeña. Junto con su equipo, ha creado nanocables capaces de monitorear e influir en lo que sucede dentro de las células. Gracias a ellos, han construido andamios en 3D ultraflexibles con cientos de unidades electrónicas direccionables y crecido los tejidos vivos sobre ellos. También han desarrollado la sonda electrónica más pequeña, capaz de grabar incluso las señales más rápidas entre células.
Al concentrarse en las conexiones nanoeléctricas entre células, ha logrado desarrollar dispositivos inteligentes, de apariencia y comportamiento biológico, que no sólo se integran con las células sino con el tejido entero. Esto podría ayudar a resolver enfermedades neurodegenerativas en un futuro.
Gracias a los nanoelectrónicos, científicos podrían asomarse dentro de las células para conocer qué es lo que está fallando y arreglarlas. De esta manera, se podríain curar desórdenes como el mal de Parkinson que dificulta hasta los movimientos más esenciales como el caminar, hablar y comer.
Actualmente, Lieber y su equipo intentan inuectar sus pequeñísimos y ultraflexibes electrónicos dentro del cerebro, los cuales idealmente se integraran a la compleja red de neuronas. Su proyecto se encuentra en una fase temprana y por ahora se experimentará únicamente en ratas. Si se desenvuelve como planeado, la técnica podría ser revolucionaria.
Los avances han sido presentados durante la 248a Reunión Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS), la sociedad científica más grande del mundo.