Investigadores planean obtener un biocombustible de la paja y podría ser empleado por las aerolíneas
La paja ya no sólo será una fuente de energía para los caballos, sino para los aviones comerciales. El proyecto de investigación francés ProBio3, planea crear biocombustibles derivados de este subproducto agrícola, ofreciendo una alternativa más económica y ecológica al combustible.
El número de aerolíneas alrededor del mundo ha incrementado y se espera que crezca aún más en las décadas por venir. Las emisiones de los aviones podrían ser los mayores contribuyentes al calentamiento global en 2050. Se estima que en un vuelo de 3 mil kilómetros (aproximadamente la distancia entre Denver y Nueva York,) se generan hasta 750 kilogramos de dióxido de carbono por pasajero.
ProBio3 se encuentra desarrollando desde julio del 2013 un biocombustibles que pueda ser mezclado al 50% con queroseno. Al implementar paja, un subproducto agrícola, no habrá necesidad de hacer uso de los cultivos, lo que sería costoso y podría resultar en una falta de alimento. El programa también planea generar un biocombustibles con aserrín.
Para crear estas fuentes de combustible alternas, primero descomponen el producto en azúcares y lo mezclan con levadura u otro tipo de microorganismo. Posteriormente lo dejan fermentar hasta que se formen grasas. Al combinar estas grasas con hidrógeno, se crean hidrocarbonos complejos, similares a los del combustible empleado en la aviación.
La creación de biocombustibles disminuyen la dependencia a los contaminantes y son una alternativa más económica para las aerolíneas. Debido a que no se emplean productos agrícolas sino sus desperdicios, no se desviarán recursos en obtener la materia prima.

