Lorentz redefinió el trabajo de Maxwell para sostener matemáticamente la fenomenología de la naturaleza
Los electrones gobiernan nuestro mundo, pero hace no mucho tiempo sólo eran una idea.
Este mes es el 120 aniversario de una creación que rompió el paradigma de concepción sobre el universo: la teoría del electrón del físico holandés Hendrik Antoon Lorentz.
El electrón de Lorentz no era una partícula elementalmente teórica: fue el eje de una teoría ambiciosa de la naturaleza.
¿Qué significó esta teoría para la vida moderna del hombre?
Electrón y campos magnéticos
Hoy los físicos están acostumbrados a la noción sobre una completa descripción de la naturaleza que puede surgir de simples y bellas ecuaciones. Pero para la época de Lorentz, aquello era una visión que pertenecía al mundo del misticismo.
Para la mayoría de los especialistas, el punto clave de la física fue en el siglo XIX con la teoría de los campos magnéticos de James Clerk Maxwell, una síntesis matemática que sentó las bases para la teoría de la relatividad y la teoría cuántica en el siglo XX.
En su momento, la teoría de Maxwell no era la ordenada ecuación que hoy estudiantes aprenden en los salones. Cuando surgió, se trataba de estructuras en forma matemática llenas de símbolos y diagramas que intentaban resumir todo lo que se sabía de la electricidad y el magnetismo.
Era pues una ecuación sostenida en una fenomenología, y no tanto en un estudio experimental sobre la naturaleza matemática de la electricidad y el magnetismo.
El logro de Lorentz fue purificar el mensaje de las ecuaciones de Maxwell, al separar el signo de la noción. Así, desarrolló cuatro ecuaciones que gobiernan las razones por las que los campos eléctricos y magnéticos responden a una carga eléctrica y su movimiento.
También creó otra para explicar la fuerza que esos campos ejercen en la carga.
Ahora tenemos ecuaciones definidas para el comportamiento de pequeños cuerpos con específica masa y carga. Uno podría usar esas operaciones para reconstruir la descripción de la materia mediante un nuevo fundamento: los átomos.
En 1897, Joseph John Thompson demostró experimentalmente que los electrones existen.
De esta manera Lorentz y sus seguidores dejaron las bases para los campos que conocemos como la electrónica y las ciencias naturales.
Por reconocer las preguntas correctas y posicionar las respuestas correctas, Lorentz ayudó a erigir el camino de la relatividad, la teoría cuántica y la física moderna.
Albert Einstein llegó a pronunciar un tributo elocuente: ?Para mí, (Lorentz) significó más que todos los demás que llegué a conocer en el viaje de mi vida?.
Fuente: Scientific American