Con la ayuda de una espectroscopía de rayos X, investigadores de la Universidad de Manchester en Inglaterra, detectaron rastros químicos de pigmento rojo en un antiguo fósil, un ratón bien conservado.
El esfuerzo, que involucró física, paleontología, química orgánica y geoquímica, informa a los científicos qué buscar en el futuro.
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Pintando un cuadro del pasado
El estudio, publicado en Nature Communications, reveló que la criatura extinta, apodada como “ratón poderoso” por los autores, vestía un pelaje marrón rojizo en su parte posterior y lateral, asociada con un tipo de melanina llamada feomelanina –– pigmento responsable del pelaje o las plumas de color marrón rojizo ––.
El color desempeña un papel vital en los procesos selectivos que han guiado la evolución durante cientos de millones de años. Hasta hace poco, las técnicas utilizadas para estudiar los fósiles no eran capaces de explorar la pigmentación de los animales antiguos.
Este reciente artículo marca un gran avance en la capacidad de resolver pigmentos de color fosilizados en especies desaparecidas mediante el mapeo de elementos clave asociados con el pigmento melanina, el pigmento dominante en los animales.
En forma de eumelanina, el pigmento da un color negro o marrón oscuro, pero en forma de feomelanina, produce un pigmento rojo o amarillo.
Hasta hace poco, los investigadores se centraban en los rastros de elementos conocidos asociados con la eumelanina, que en experimentos anteriores revelaron patrones de luz y oscuridad en las plumas de las primeras aves.
La feomelanina es difícil de conservar, aunque los científicos previamente han encontrado indicios del color rojo en criaturas antiguas.

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Construyendo los cimientos
En 2016, el coautor Nick Edwards, dirigió un estudio que demostró el potencial para diferenciar entre eumelanina y feomelanina en plumas de aves modernas.
Los resultados dieron una referencia química para este nuevo artículo, que por primera vez demostró que es posible detectar el pigmento rojo, que es mucho menos estable a lo largo del tiempo geológico.
La clave de esta nueva investigación fue determinar que los metales traza –– hierro, magnesio, zinc, etc. –– se incorporaron a la piel de ratón fosilizada exactamente de la misma manera que se unen a los pigmentos en animales con altas concentraciones de pigmento rojo en su tejido.
Explorar la pigmentación de los animales antiguos, importante para reconstruir exactamente su aspecto.


