Ahí organismos y bacterias producen metano que sale a la superficie y podría afectar a las naves
No tiene puertas a otras dimensiones, tampoco hay ahí escurridizos monstruos marinos que acechan para tragarse a cualquier nave que pase cerca, menos una base de extraterrestres en espera de abducir aviones o barcos enteros para ‘estudiar’ a sus ocupantes. El misterio del Triángulo de las Bermudas es sólo hidratos de metano.
Las inexplicables desapariciones se deben a las acumulaciones de hidratos de metano en el fondo marino. En esa región, el ‘triángulo’ entre las Islas Bermudas, Puerto Rico y Florida, en el océano Atlántico, el fondo del mar es una enorme zona volcánica que, al calentar el hidrato, genera de manera continua enormes burbujas que van creciendo conforme suben a la superficie. Los gases expulsados a través de esas burbujas son los que crean condiciones ambientales adversas para las naves, que les dificultan mantenerse a flote, tanto a barcos como aviones atrapados.
Así lo explica el vicedirector del Instituto Argentino de Oceanografía, Eduardo Alberto Gómez: Las burbujas, como sucede en todos los océanos, se producen por la degradación de la materia orgánica contenida bajo los sedimentos; es decir, ahí los organismos y bacterias producen metano que, a cierta presión y temperatura, habitualmente a 500 metros de la superficie marina, se cristaliza, como un hielo, por la mezcla de agua con metano. Al aumentar la temperatura pasa de inmediato a un estado gaseoso, y genera un burbujeo en la superficie.
La leyenda surgió en diciembre de 1945, cuando un escuadrón de aviones militares, con 14 tripulantes, ‘desapareció’ luego de alcanzar a transmitir que “estamos entrando en aguas blancas, nada parece bien”; desde aquella fecha, según se dice, se ha perdido el rastro de 50 aviones y 20 barcos.