El atún habla… en cierta forma. Y lo que dice puede ayudar a los buques atuneros a conocer el tamaño y las diversas especies que conforman un cardumen antes de lanzar sus redes y capturarlos, evitando así la pesca de especies en peligro y de ejemplares no maduros.
El secreto de este “lenguaje”, descubierto por investigadores de la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF), se halla en su vejiga natatoria.
Éste es un saco membranoso lleno de gas que algunos peces tienen bajo la columna vertebral y que les ayuda a regular su flotabilidad. Se ha descubierto que este saco puede reflejar pulsos sónicos emitidos por los sonares de los barcos. Así, los investigadores del ISSF encontraron que, dependiendo de la especie y talla del ejemplar, el órgano funciona como un espejo que rebota el sonido y genera diferentes patrones acústicos.
El ISSF ha registrado las “firmas acústicas” de las tres principales especies de atunes tropicales: el barrilete (Katsuwonus pelamis), el patudo (Thunnus obesus) y el aleta amarilla (Thunnus albacares), junto con otras especies que suelen ser capturadas junto con ellos.

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Cuando los sonares emiten sus impulsos sonoros se puede conocer, por la frecuencia de la respuesta, la proporción de cada especie que compone el cardumen. Además, dado que en el atún aleta amarilla la vejiga natatoria no se desarrolla sino hasta que alcanza cierto tamaño corporal, este dato sirvió para determinar la firma sonora que sólo tendrían los especímenes maduros.
Esta técnica de identificación podría ayudar a localizar especies cuya pesca resulte sostenible en una zona determinada del océano y evitar la captura de animales jóvenes o de talla pequeña, así como de especies vulnerables generada por la pesca “cerquera”, donde el cardumen es cercado con una extensa red.
¿Sabías que?
Los dispositivos de ecolocalización marina o sonares emiten poderosos pulsos sónicos que se propagan bajo el agua. Cuando chocan contra algo (un objeto sumergido, un banco de peces), las ondas rebotan contra él y devuelven la información al sonar.
Al por mayor
El atún es una importante especie comercial. Para capturarlo los buques atuneros usan grandes redes de cerco: todo lo que nada dentro de un círculo de hasta 500 metros de ancho y hasta 180 metros de profundidad queda atrapado en estas redes. Hasta ahora, no existía un método para saber qué especies de atunes componían el cardumen y salvaguardar aquellas cuyas poblaciones estuvieran sufriendo sobrepesca en una zona. Hoy esto podrá conocerse por su firma acústica.
Texto publicado en la edición de agosto 2019 | Revista Muy Interesante México.

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