Artefactos proveen electricidad al pisarlos, recargan teléfonos y una carretera alimenta su propia señalización
La idea de aprovechar el movimiento del cuerpo para generar electricidad no es nueva, pero sí las innovaciones que surgen de los laboratorios de investigación. Estos artefactos tienen la característica de utilizar la energía cinética o mecánica para funcionar.
Un invento que podría resultar hasta divertido es Pavegen, unas baldosas flexibles que generan luz aprovechando las pisadas de los transeúntes. Cada paso presiona la superficie, bajo la cual el movimiento de un resorte es transformado en electricidad que hace funcionar una lámpara. Así, estos ‘focos’ en forma de baldosa sólo necesita del paso de la gente para iluminar calles enteras, olvidando el uso de energía eléctrica.
Por lo pronto, ya funcionan en varias ciudades británicas; en escuelas y pistas de baile. Han permitido iluminar un árbol de Navidad en un centro comercial, y en uno de los festivales de música más populares del Reino Unido, el Bestival 2011, una pista de baile fue iluminada con estas baldosas y la energía generada sirvió incluso para “cargar mil teléforos celulares de los asistentes durante cuatro días”, según datos de la empresa que las creó.
El principio para obtener energía de esta manera también se ha aplicado a zapatos tenis, los cuales aumentan la duración de las baterías de teléfonos y otros dispositivos móviles. Debajo de las suelas de InStep Nanopower dos sensores captan la energía cinética generada por la pisada y la transforman en una corriente de hasta 20 vatios, que utiliza Wi-Fi como ‘intermediario’ entre los dispositivos móviles y una red inalámbrica, lo cual reduce el consumo de éstos y les permite funcionar durante más tiempo.
En el caso de los vehículos, unos amortiguadores, denominados GenShock, recuperan el calor generado por el sistema de suspensión para, además de economizar en combustible, proveer energía eléctrica adicional al auto. Una forma de sacar algún provecho de los baches o exceso de topes.
El primer prototipo de carreteras solar, en lugar de asfalto, tiene paneles solares. La primera de sus tres capas, sobre la que ruedan los coches, es transparente, adherente y climatizada para eliminar nieve e hielo; la segunda capa, con paneles fotovoltaicos y puntos Led, se utilizará para iluminar la señalización de la vía, y la capa má profunda transportaría la electricidad. Su creador, Scott Brusaw, dice que cada 1.54 kilómetros de carretera solar generaría la electricidad que necesitarían 428 hogares.
Aprovechando la energía del sol, Big Bellysolar es un bote de basura que se alimenta del sol para poner en marcha un mecanismo que comprime los desperdicios y así dejar más espacio para otros. Esto conlleva un ahorro de combustible para la ciudad muy importante ya que los camiones de recogida de basura pasan con mucha menor frecuencia.

