Comprueban que el estrés se hereda de los padres y abuelos a nivel de comportamiento
Como parte del estudio de la epigenética, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Tufts (EMUT), descubrieron que el los efectos que causa el estrés son hereditarios, ya que la línea sucesoria de una generación presenta síntomas relacionados.
La epigenética es la disciplina que estudia el efecto que el estilo de vida de las personas tiene sobre los genes. Y es que su hipótesis gira entorno a que los seres humanos heredamos patrones de expresión en genes que no vienen determinados en nuestra cadena de ADN.
Bajo la misma línea de investigación, Larry Feig y Lorena Saavedra-Rodríguez, bioquímicos de la EMUT, hallaron que los efectos causados por estrés persisten a través de las generaciones. De esta manera, se pueden observar varios síntomas similares que se encuentran determinados en los mismos genes tanto de los hijos como de los nietos.
El estudio contempló causar estrés crónico social en ratones adolescentes, reubicándolos constantemente en nuevas jaulas durante siete semanas. Tiempo después, los investigadores realizaron pruebas en los mismos ratones, que ahora estaban en edad adulta; dichas pruebas incluyeron mediciones de ansiedad y comportamiento (cuánto tiempo pasan en las áreas abiertas del laberinto y cómo socializan con ratones desconocidos).
Los resultados arrojaron que las hembras mostraban más ansiedad que aquellas no sometidas a un cambio constante de jaulas, y que los machos no presentaban cambios. La descendencia de ambos sexos, en cambio, mostró ansiedad en su comportamiento. Y los machos que no mostraron cambios, pero fueron igualmente expuestos al estrés, transmitieron los patrones de conducta a sus nietas y bisnietas.
Aunque Feig no conoce aún cómo el macho transmite la vulnerabilidad a la ansiedad, sospecha en cambios bioquímicos en el esperma. Sin embargo, según Feig, los efectos serán más silenciados en los humanos; después de todo, los ratones fueron criados en un medio controlado, mientras que el ser humano está expuesto a un ambiente muy cambiante y variado.
La idea que se tenía hace pocos años de que los seres humanos son lo que está escrito en nuestro ADN está cambiando. Hoy conocemos, con la epigenética, que todo lo que nos rodea y rodeó a nuestros padres y abuelos influye en nuestro organismo y comportamiento.
El estudio se publicó en Scientific American.

