Un hongo parásito convierte a su huésped, la mosca doméstica, en una artillería de cañones que disparan esporas.
Aficionado por las moscas
Conocido como Entomophthora muscae, las esporas del hongo se asientan en una mosca, penetran la capa externa del insecto, el cual se infiltra en su sistema circulatorio y se instala en el cerebro, controlando el comportamiento del insecto.
De adentro hacia afuera, el hongo se alimenta de la mosca y lo dirige a gatear hasta un punto alto para que el hongo parásito pueda disparar sus esporas más lejos en el aire y continuar el círculo de la vida.

Por su parte, un equipo de científicos de los Países Bajos y Dinamarca estaba intrigado por cómo exactamente las esporas son expulsadas del cadáver de una mosca muerta.
Debido a que es bastante difícil controlar los experimentos con hongos “salvajes” y examinar cómo se arrojan las esporas, el equipo decidió construir su propio cañón de hongo zombi que imitaba el verdadero.
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Artillería en el laboratorio
La construcción del cañón se detalló en el Journal of the Royal Society Interface, revelando algunos de los posibles trabajos internos de la artillería del hongo zombie.
La artillería es una abundancia de “tallos” que son básicamente cañones llenos de líquido a presión similar al agua.
El equipo estudió la forma en que se acumula la presión en los tallos y qué tan rápido las esporas terminan explotando como resultado.
Al estudiar la geometría y la elasticidad del cañón fúngico, el equipo separó algunas de las dinámicas asociadas con el arma de esporas.
Uno de los principales hallazgos es cómo la velocidad de expulsión disminuye a medida que el cañón se hace más grande. Un hallazgo lógico, pero que ayuda a los científicos a comprender mejor el método de dispersión inusual y cómo el hongo parásito llega de un huésped a otro.