Al cumplirse medio siglo de la llegada a la Luna, la exploración espacial aún despierta grandes esperanzas, pero todavía quedan metas por alcanzar y preguntas por responder como: ¿Qué podrá ocurrir dentro de otros 50? Por Gerardo Sifuentes.
Tengo en mi escritorio un ejemplar del diario mexicano Novedades, con fecha del 21 de julio de 1969. Sus páginas amarillentas lo hacen parecer un pergamino. Gracias al encabezado podemos imaginar la gran sorpresa que se llevó el mundo.
“Armstrong y Aldrin caminan más de dos horas sobre la Luna y se disponen a regresar”.
En la historia del planeta era la primera vez que dos de sus habitantes salían al espacio y ponían pie en un mundo ajeno. Hoy en día, para la gran mayoría de la gente, se trata de un evento indiscutible e importante, pero tan ordinario que no logramos dimensionar su verdadero alcance; después de todo, sabemos que si bien no se ha vuelto a repetir la proeza desde 1972, última vez que un astronauta la visitó, en este mismo momento un trío de rovers chinos exploran los alrededores.
Imaginemos que somos unos visitantes de otra galaxia y tenemos la misión de observar los movimientos de los seres que habitan el tercer planeta de este Sistema Solar. A los homínidos de este orbe les ha tomado… ¡un millón y medio de años!, desde que domesticaron el fuego, enviar apenas a 12 hombres al espacio exterior. Pero en realidad no han ido muy lejos, apenas 384,400 kilómetros de su hogar. Eso sí, han conseguido colocar robots en Marte por supuesto, a una distancia promedio de 225 millones de kilómetros. Lo interesante es que estos eventos han tenido lugar en los últimos 50 años, lo cual es un avance impresionante.
A continuación, una narración original del periodista Jacobo Zabldovsky de la llegada a la Luna, mientras Neil Armstrong pisa suelo lunar.
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Impacto profundo: el papel de los medios de comunicación
El periódico, el Novedades del 21 de julio del 69, muestra el impacto de la hazaña. “Aquí Base Tranquilidad. El Águila [nombre del módulo espacial] ha alunizado”. El periodista Antonio Isse Núñez, enviado especial en el Centro Espacial en Houston, Texas, encargado de la noticia de primera plana, describió el momento tras la histórica frase de Neil Armstrong al posar el módulo espacial tripulado por él y Edwin Aldrin:
“Con esa frase que anunció al mundo que estaba consumada la hazaña de los siglos, la llegada de los primeros hombres a otro cuerpo celeste, se desataron explosiones de alegría en capitales, provincias y hasta los más apartados villorrios de más de cien países hasta donde la radio y la televisión estaban llevando, segundo a segundo, noticia de lo que ocurría”.
Al pasar las páginas del periódico mencionado podemos ver reflejadas las esperanzas de los diferentes actores. De hecho, el periodista Antonio Garza titula su nota “Año 1, era Cósmica; México vio el nacer de una nueva época”. La animosidad era tal, que se percibía un cambio en la humanidad sin distinción, un nuevo tipo de ser humano que estaba listo para conquistar las estrellas.
La esperanza en la tecnología se había disparado de súbito. Se convertía, además, en un fenómeno noticioso transmitido por televisión en una época donde las telecomunicaciones estaban en pañales, pero cumplían su cometido.
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En la nota, Garza menciona, no sin cierta grandilocuencia:
“20:46 horas. 20 de julio, año 1, era Cósmica… a miles y miles de kilómetros, escuchamos su voz [de Neil Armstrong] y miramos cómo se posa a un lado de la pata del módulo lunar. El privilegio fue para más de 30 millones de mexicanos y más de mil millones de seres de todo el mundo… La imagen llegó hasta el hogar de todos quienes tuvieron un aparato televisor a la mano… Las calles, los cinematógrafos, los restaurantes, los parques, estaban vacíos. Uno que otro transeúnte se atrevió a olvidar, por prisa o problemas, el momento en que el primer hombre pisó por primera vez la Luna… Hubo reunión familiar. En todas las casas hubo algo parecido a la Noche de Año Nuevo. Niños y abuelos juntos pasaron horas frente a la televisión, cenaron en casa y fue un día de fiesta”.
Guerra Fría
El orbe se encontraba en medio de la Guerra Fría, así que también hay notas que relacionan el éxito de la misión con el sistema de gobierno de Estados Unidos; la llegada a la Luna y hazaña marcaban el fin de la carrera espacial. Una nota más optimista avisa de la necesidad de llevar astronautas a Marte, objetivo que, luego del logro alcanzado, se veía muy sencillo y cercano. Había también pesimismo, sin embargo: “Señala el Papa el peligro de caer en la idolatría de la tecnología”. La institución que había condenado a Galileo por sus ideas sobre el Cosmos se mostraba temerosa por los alcances obtenidos.
Observa el momento de despegue del Saturno V hacía la Luna con comentarios de periodistas que vivieron el momento en el siguiente video, vía Smithsonian Channel
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La carrera por regresar a la Luna
Por supuesto que el entusiasmo fue disminuyendo, y con el tiempo los presupuestos también; el costo del proyecto Apolo, en términos actuales, fue de aproximadamente 144,300 millones de dólares, cantidad exorbitante que explica en buena parte por qué no se ha regresado. Ir al espacio es muy caro.
La exploración continúa, y otros países se han integrado a la nueva carrera por regresar a nuestro satélite.
Hasta el momento sólo tres naciones han conseguido colocar aparatos en su superficie, además de Estados Unidos, y debe anotarse que el primero fue la Unión Soviética.
China se mantiene a la saga hoy en día, con robots sondeando sus misterios y con la mira de llevar a un o una taikonauta (palabra china para astronauta) que vuelva a asomarse por aquel árido y silencioso paisaje. India y Japón han conseguido dar algunas órbitas a su alrededor, mientras el resto de los países colaboran como parte de sendos equipos de desarrollo tecnológico.
Durante la década de 2020 el ser humano podría estar de vuelta en suelo lunar.Esta nueva travesía al espacio por fin tiene nombre: Misión Artemisa…
Si tomamos la referencia del descubrimiento del fuego, ¿adónde llegaremos dentro de un millón de años?