Por primera vez, científicos logran imprimir en 3D un sistema circulatorio funcional
Cada año, cientos de miles de personas mueren a causa de la insuficiencia de órganos disponibles para transplantes. La bio-impresión promete poner fin a la excesiva demanda de órganos en un futuro, sin embargo, aún debe superar varios obstáculos antes de que pueda salvar vidas. El mayor impedimento ha sido obtener una vascularización adecueda. Ahora, por primera vez, se ha logrado imprimir en 3D un sistema circulatorio funcional.
Cada una de las células que comprenden los diferentes órganos humanos yacen a una distancia de un cabello de un suministro de sangre, en una configuración extremadamente compleja. Sin una red vascular adecuada, las células mueren al carecer de oxígeno y un medio para excretar los residuos. Obtener un sistema circulatorio funcional ha sido el mayor reto de la bio-impresión de órganos.
Investigadores de las universidades de Sidney, Harvard, Stanford y MIT, han colaborado para establecer una técnica que vuelve posible la vascularización a través de la impresión 3D.
Para lograrlo, fabricaron pequeñísimas fibras interconectadas con una bio-impresora avanza, las cuales representan la estructura vascular de un órgano. Posteriormente, las recubrieron de células endoteliales humanas y las envolvieron con un material a base de proteína. Este material fue endurecido mediante la aplicación de luz para poder eliminar las fibras, dejando solamente una intrincada red de pequeños espacios (creados por las fibras) que las células endoteliales ocuparon hasta formar capilares.
El descubrimiento de esta técnica podría significar satisfacer la creciente demanda de transplantes de órganos en un futuro cercano. En poco tiempo, órganos enteros y funcionales podrían ser impresos con las propias células del paciente.
(Vía la Universidad de Sidney).

