1 de cada 10 transplantes de pulmón en Estados Unidos originan por casos positivos de coronavirus. Muchos de ellos decidieron no vacunarse.
A más de año y medio de que estalló la crisis sanitaria por COVID-19, 10 % los transplantes de pulmón en Estados Unidos están relacionados a pacientes graves. Esto quiere decir que, de todas estas cirugías, 1 de cada 10 se originan por casos positivos de coronavirus. Y lo que es más: la mayor parte de ellos, de acuerdo con información de United Network for Organ Sharing (UNOS), fueron personas que decidieron no vacunarse.
Hoy, la infraestructura hospitalaria estadounidense se cuestiona si realmente es ético operar a un paciente enfermo de gravedad con estas características. “Se están acumulando de manera constante“, declaró para NPR David Klassen, director médico de la institución. Esto es lo que sabemos.
Muchos pacientes, pocos donadores

“Si hubiera más pulmones disponibles para trasplantes, creo que los números serían mayores de lo que son”, asegura el director de UNOS. En lo que va de 2021, según los registros de la institución, se tienen documentados 238 transplantes de pulmón en todo el país, todos ellos relacionados a casos graves de COVID-19.
Los primeros casos se registraron en agosto de 2020. Sin embargo, la tendencia no ha dejado de crecer desde entonces. Para octubre de 2021, cuando UNOS cerró su último corte de resultados, la cifra superaba los 240 casos. Esto supera por mucho a los transplantes de pulmón realizados “por enfisema, fibrosis quística y fibrosis pulmonar“, reporta NPR, ya que han disminuido en comparación con años anteriores.
El fenómeno, sin embargo, no se limita a Estados Unidos. Por el contrario, según Yale-New Haven Health Transplantation Center, también está presente en Canadá. Los médicos de ambas instituciones aseguran que este tipo de cirugías han tenido que realizarse a marcha forzada, ya que el número de pacientes es mucho más elevado que el de donadores disponibles.
Te sugerimos: La ‘distancia social’ es una medida arbitraria y no funciona para evitar contagios, según la ciencia
Un dilema ético y sanitario
A David Mulligan, director de Yale-New Haven Health Transplantation Center, le causa conflicto que los transplantes de pulmón que se están haciendo para casos de COVID-19 estén relacionados a personas que decidieron conscientemente no vacunarse. El cuestionamiento ético y sanitario es válido, desde su experiencia médica:
“Cuando alguien contrae un COVID-19 tan grave que necesita un trasplante de pulmón y lo consiguió negándose a recibir una vacuna, es un dilema realmente ético”, dice Mulligan. “¿Cómo pueden simplemente saltar y quitarle un pulmón a alguien que está enfermo, pero ha estado haciendo lo mejor que pueden para cuidarse y evitar contraer coronavirus?”
Las personas elegibles para donar un pulmón pudieron haber fumado toda su vida. Con que hayan suspendido la tendencia con seis meses de antelación es suficiente. En la actualidad, sin embargo, los parámetros de comportamiento también consideran la acción futura de las personas, no sólo su historial médico.
Por ello, se están empujando reglamentaciones en Estados Unidos que garanticen que los pacientes que recibieron un transplante de pulmón reciban una vacunación completa después de la cirugía. Algunos centros especializados han llegado al extremo de quitarle la candidatura a quienes no se han vacunado. La esperanza y calidad de vida para quienes no reciben un transplante de pulmón, en estos casos, es mínima, limitada y lastimosa.
Sigue leyendo:
La historia del laboratorio en Wuhan que pudo haber sido la fuente del coronavirus
La razón de que tengas que seguir usando cubrebocas, aunque ya estés vacunado

