Científicos descubren en el desierto de Atacama una colonia de microorganismos que viven en la sal
A dos metros bajo tierra en el desierto de Atacama, un ambiente en extremo árido, investigadores descubrieron bacterias y arqueas (microorganismos primitivos) que viven en los cristales de sal. El hábitat es rico en halita (sal común) y otros compuestos (anhidrita y perclorato) altamente higroscópicos, es decir, que atrapan agua.
Los sustratos donde los microbios se desarrollan favorecen la delicuescencia; pueden atraer la escasísima humedad del aire y concentrarla alrededor de los cristales de sal. Así se forman diminutas películas de agua líquida de unas cuantas micras. En este ambiente crecen con todo lo que necesitan para vivir: agua y alimento.
Aunque las especies no son muy distintas de otras de entornos hipersalinos similares, lo peculiar es haberlas descubierto a entre 2 y 3 metros profundidad, donde el oxígeno y la luz solar están ausentes.
Los científicos, coordinados por Víctor Parro, del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), hicieron el descubrimiento mediante Solid (Signs of LIfe Detector), un detector de signos de vida desarrollado por ellos mismos con el objetivo de emplearlo en las futuras misiones a Marte. El instrumento contiene un biochip que incorpora hasta 450 anticuerpos para identificar material biológico como ADN, azúcares y proteínas.
En el planeta rojo se han descubierto depósitos salinos, por lo que son posibles ambientes hipersalinos en su subsuelo. “Si hay microbios parecidos en Marte, o quedan sus restos en condiciones similares a las que hemos encontrado en Atacama, podríamos detectarlos con instrumentos como Solid”, destaca Parro.
La alta concentración de sal tiene un doble efecto: atrapa agua del entorno de los cristales y baja el punto de congelación, de manera que se pueden tener películas de agua líquida (en salmueras) a temperaturas de varios grados bajo cero, de hasta -20º C. La elevada salinidad y escasez de agua líquida favorecen la preservación de moléculas biológicas, de manera que es posible encontrar productos biológicos en materiales de este tipo aunque ya no hubiera microorganismos vivos desde hace millones de años. Agencia SINC