Se trata de un chip flexible que mediante movimientos corporales produce electricidad: es el primer nanogenerador viable comercialmente
Un chip flexible que mediante movimientos corporales genera electricidad es el desarrollo logrado por investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia que han presentado el primer nanogenerador cuya comercialización es viable.
Los resultados del estudio se hicieron públicos durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Química que se celebra en Anaheim (Estados Unidos).
Los investigadores demostraron la capacidad comercial del nanogenerador utilizándolo para dar energía a una luz LCD y a un cristal líquido como los utilizados en muchos dispositivos electrónicos, como calculadoras y ordenadores. La energía procedía de apretar el nanogenerador entre dos dedos.
Zhong Lin Wang, responsable del estudio que inició con la investigación en 2005 y explicó: “este avance representa un hito en la producción de la electrónica portátil que se carga de energía mediante el movimiento corporal sin el uso de baterías ni recargas eléctricas. Nuestros nanogeneradores están abocados a cambiar las vidas en el futuro. Su potencial está sólo limitado a la imaginación de cada uno”.
Este nanogenerador se asegura que es lo suficientemente potente como para dar potencia a pantallas de cristal líquido, diodos emisores de luz y diodos láser. Al almacenar las cargas generadas utilizando un capacitador, la energía resultante es capaz de impulsar un sensor y transmitir la señal sin cables. Wang apuntó al respecto: “Si podemos mantener la tasa de mejora, el nanogenerador podría dar lugar a un amplio rango de otras aplicaciones que requieren más potencia”.
El investigador citó dispositivos electrónicos personales que podrían recibir energía de nanogeneradores activados mediante los pasos dentro de la suela de un zapato; bombas de insulina implantadas que reciben energía del latido cardiaco; y sensores ambientales impulsados por nanogeneradores propulsados por la brisa.
Wang comentó que el siguiente paso sería mejorar la energía resultante del nanogenerador y encontrar una empresa que lo produzca; el investigador estima que el producto podría revolucionar el mercado en tres a cinco años. La primera aplicación podría ser una fuente de energía para diminutos sensores ambientales y para el control de infraestructuras.