Tras recibir estimulación eléctrica de la médula espinal, cuatro jóvenes recuperan por primera vez el movimiento voluntario de sus piernas
Cuatro hombres parapléjicos durante años han logrado recuperar la sensación y movilidad en sus piernas después de recibir estimulación epidural eléctrica de la médula espinal. El revolucionario tratamiento ofrece esperanza para las más de 6 millones de personas que viven con parálisis alrededor del mundo.
Médicos estadounidenses de la Universidad de Louisville, la Universidad de California Los Ángeles y el Instituto Pavlov de Fisiología, publicaron hoy los sorprendentes resultados de su estudio en el diario Brain. La investigación fue en parte financiada por la Fundación Cristopher y Dana Reeve.
Los cuatro participantes, quienes habían sufrido accidentes automovilísticos, fueron diagnosticados con lesiones crónicas y completas de la médula espinal y eran incapaces de mover sus extremidades inferiores. Fueron implantados con un estimulador epidural, el cual administra una corriente eléctrica continua a la parte inferior de la columna vertebral, simulando las señales normalmente transmitidas por el cerebro para iniciar el movimiento.
Dos de ellos fueron capaces de mover voluntariamente sus caderas, tobillos y los dedos de los pies inmediatamente después de recibir el tratamiento. A lo largo del estudio, los investigadores notaron que los participantes requerían cada vez menos estimulación para activar los movimientos, demostrando la habilidad de red vertebral para aprender y mejorar las funciones nerviosas.
Los resultados han llevado a los expertos a especular que algunas vías permanecen intactas incluso después de la lesión y aún son capaces de facilitar los movimientos voluntarios. Las señales que logran transmitir, normalmente demasiado débilies, recuperan la fuerza necesaria para permitir la movilidad gracias al implante.
Más allá de recuperar el movimiento, los participantes mostraron una serie de mejorías en su estado de salud general, como un aumento en la masa muscular, regulación de la presión sanguínea, una disminución de cansacio y un incremento en el sentimiento de bienestar.
El estudio desafía la noción, hasta ahora aceptada, de que el parálisis completo es permanente e imposible de curar. Los científicos se encuentran optimistas acerca de las implicaciones futuras del tratamiento, esperando algún día devolver a los pacientes su habilidad de caminar.
Observa el increíble avance en el siguiente video:

