A pesar de evidencias en contra, el cerebro rechaza los pensamientos negativos
Científicos del University College de Londres afirman que alrededor de 80% de las personas son optimistas, aunque no se consideren así. El cerebro, indican, escoge y selecciona lo que quiere escuchar, es decir a veces responde de manera incorrecta.
Una de las razones por las que los optimistas mantienen una actitud positiva aun sin motivos, es que el cerebro rechaza la información indeseable sobre el futuro. Además, en algunas personas cualquier cosa negativa es prácticamente ignorada.
En un estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, 14 personas, por su elevado nivel de optimismo, fueron puestas a prueba con un escáner cerebral. A cada una se le preguntó qué tan probable era que le sucedieran 80 diferentes ‘situaciones negativas’, como un divorcio o padecer cáncer. Luego se les informó la verdadera probabilidad de que les sucediera. Una vez conscientes del riesgo real (en cuanto al cáncer se fijó en 30%), al final de la sesión se les pidió que de nuevo calificaran sus probabilidades.
En los resultados de los optimistas hubo una marcada diferencia dependiendo de si en realidad se trataba de una buena o mala noticia. Si el paciente en un inicio creyó que su riesgo era de 40%, al final del experimento lo rebajó alrededor del 31%; si el paciente pensaba al principio que el riesgo era de 10%, sólo lo aumentó de manera marginal.
Cuando la noticia fue positiva, todos tuvieron más actividad en los lóbulos frontales del cerebro, asociados con los errores de procesamiento. Con la información negativa, los más optimistas manifestaron menor actividad en dichos lóbulos, mientras que los menos optimistas registraron más. Esto sugiere que el cerebro escoge y selecciona lo que quiere escuchar.
En algunas personas, señala el estudio, cualquier situación negativa es prácticamente ignorada, lo cual les permite mantener una visión positiva del mundo. El optimismo tiene beneficios importantes para la salud. Estudios han mostrado un menor riesgo de enfermedad cardiaca y muerte en los optimistas.
“Los mensajes de que fumar mata no funcionan porque la gente piensa que sus probabilidades de contraer cáncer son muy bajas. La tasa de divorcios es del 50% pero las personas no piensan que sea para ellos. Hay un sesgo muy fundamental en el cerebro”, comenta Tali Sharot, la investigadora principal.
El optimismo está ligado a una anomalía de actualización selectiva y a la disminución en la codificación neural de la información indeseable en relación con el futuro, concluye el estudio.