El trabajo podría algún día conducir a un mundo en el que los trasplantes ya no serán necesarios para reparar órganos dañados.
Científicos han utilizado un nuevo método de bioimpresión 3D para modelos de corazones, arterias, huesos y cerebros a partir de materiales biológicos. El trabajo podría algún día conducir a un mundo en el que los trasplantes ya no serán necesarios para reparar órganos dañados.
Existen millones de personas en la lista de espera de transplante de corazón, y hasta ahora estos pacientes no tienen otras opciones; ya que el tejido del corazón, a diferencia de otras partes del cuerpo, no es capaz de curarse a sí mismo una vez que se daña. Afortunadamente, científicos del Carnegie Mellon, podrían reparar órganos dañados, gracias a esta nueva técnica.
?Hemos sido capaces de tomar imágenes de resonancia magnética de las arterias coronarias y embrionarias en Bioprint 3D con una resolución sin precedentes y con materiales de calidad muy blandos como colágenos, alginatos y fibrinas", aseguró Adam Feinberg, asociado de Ciencia de los Materiales e Ingeniería Biomédica en la Universidad Carnegie Mellon. Feinberg.
Investigadores del CMU continúan desarrollando nuevas soluciones de este tipo para los problemas que pueden tener un efecto transformador en la sociedad. "Deberíamos esperar ver cómo la bioimpresión 3D seguirá creciendo como una herramienta importante para un gran número de aplicaciones médicas." Confirmó Jim Garrett, Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Carnegie Mellon
Las impresoras tradicionales 3D suelen construir objetos duros hechos de plástico o de metal, y funcionan depositando material capa por capa de la superficie hasta crear el objeto 3D. Es por eso que la impresión con materiales blandos como geles ha sido limitada.
Uno de los principales avances de esta técnica, denominada FRESCO, es que el gel de soporte se desvanece fácilmente, siendo eliminado por calentamiento de la temperatura del cuerpo, y lo más importante es que no daña las moléculas biológicas. Como siguiente paso, el equipo está trabajando en la incorporación de las células de corazón reales en estas estructuras de tejidos impresos en 3D, proporcionando un andamio para ayudar a formar músculo contráctil.