Romina perdió sus dos patitas en 2013 y mañana le pondrán una prótesis articulada impresa en 3D
Romina es una perrita galgo whippet que perdió sus dos patas en 2013, tras poco más de dos años de terapias y siete cirugías, mañana se le colocará en el Hospital Veterinario de la Universidad del Valle de México Campus Coyoacán una prótesis articulada en su pierna derecha. Esta intervención es la primera de su tipo en México ya que la prótesis fue impresa en 3D por una compañía estadounidense.
La canina, de seis años y medio, recuperó con una cirugía su pata izquierda unas horas después del accidente que tuvo con una podadora. Su recuperación ha sido difícil y costosa, por ello para obtener el dinero de la prótesis, su dueña Dafne Larios pidió apoyo a través de una página web y de Facebook para juntar los mil dólares que costará.
Actualmente Romina tiene dos placas de titanio que le ayudan a caminar pero no le dan mucha movilidad para jugar o subir y bajar de la cama, por ello la importancia de la prótesis articulada.
Mañana te contaremos más detalles sobre Romina y la colocación de su nueva patita.
Conoce la historia de Romina
Hace 6 años y medio Romina llegó de Mérida a la Ciudad de México para reunirse con su nueva dueña Dafne Larios. En 2013 ella tuvo que viajar a Brasil por parte de su trabajo y se llevó a Romina y a su cachorra Naica para que vivieran con ella.
El 12 de octubre de ese año Dafne las sacó a pasear y cuando vieron una zona de pasto, corrieron emocionadas. En la esquina, un jardinero cortaba el pasto con una podadora y cuando Romina dio la vuelta se encontró de frente con ésta. Las aspas cortaron sus dos patitas delanteras. Dafne, que estaba a unos 200 metros de ahí, corrió para auxiliar a Romina que chillaba desconsoladamente e intentaba pararse sin tener éxito. Al escuchar el llanto de su madre, Naica corrió y se escondió. La chica, de ahora 31 años, cargó a Romina con una mano e intentó detener la hemorragia; se agachó, recogió las patitas mutiladas y corrió alrededor de 300 metros hasta llegar a la entrada de su hogar. Dejó a Romina en el pasto y le colocó un torniquete en ambas piernas con una bolsa de plástico que encontró en el piso. Entró al condominio, agarró su cartera y las llaves de su auto, luego subió a Romina a su vehículo.
Manejó durante 15 minutos hasta la única veterinaria que conocía por la zona. Al llegar, dejó el carro mal estacionado por las prisas, cargó a Romina, agarró las patitas que ya estaban enfriándose y entró. Los veterinarios le dijeron que la colocara sobre la mesa e inmediatamente la atendieron para detener la hemorragia. Mientras la atendían, Dafne regresó a su casa para buscar a Naica, pero la vecina ya la había encontrado. La metió a la casa y regresó a la veterinaria. Los veterinarios le dijeron que tenían que hacerle algunos estudios a Romina porque había perdido mucha sangre. Tras cinco horas, la operaron y pudo recuperar su pata izquierda, sin embargo, durante el accidente se perdió una parte de hueso de la derecha y ésta no pudo ser reimplantada.
Luego del accidente muchas personas le recomendaban a Dafne que durmiera a Romina e incluso llegó a recibir comentarios cuestionándole para qué quería una perra de carreras si no podía correr. Pero ella no la ve como su mascota, sino como una hija; incluso antes de la operación le hizo la promesa de que si hacía todo para salir de ella, haría todo lo posible para que volviera a caminar y tuviera una vida normal.
Cuando ocurrió el accidente la mamá de Dafne viajó a Brasil para ayudarle a cuidar a las perritas y en enero de 2014 regresaron a México para continuar con el tratamiento. Encontrar quién atendiera a la perrita en el país no fue tarea fácil porque recorrieron alrededor de 10 hospitales y visitaron a más de 20 veterinarios hasta llegar al Hospital Veterinario de la UVM, donde actualmente recibe terapias una vez por semana.