Aunque algunas máquinas no tripuladas participan en acciones bélicas, los soldados robots están muy lejos
Al menos hasta ahora, mucho de lo imaginado en materia de robots bélicos humanoides seguirá en el terreno de las películas, a pesar de que el Departamento de Defensa de Estados Unidos, un país caracterizado por su industria armamentista, calculaba que entre 2005 y 2030 un tercio de sus fuerzas armadas estaría compuesta por máquinas robotizadas. Por supuesto, es sorprendente lo que se ha conseguido en cuanto a tecnología robótica, sin embargo las batallas entre androides humanoides vistas en el cine seguirán siendo aún por mucho tiempo ciencia ficción.
Aunque los robots domésticos y androides asistentes están comenzando a integrarse en algunas tareas específicas (la mayoría no han rebasado el nivel de prototipos), las aplicaciones más prácticas han estado en las operaciones militares; manejados a control remoto, mecanismos artillados o no se ocupan de desactivar bombas, detectar minas y entrar primero a lugares riesgosos. También vehículos aéreos no tripulados (UAV) o aviones teledirigidos realizan tareas de espionaje o de ataque quirúrgico dotados con misiles. En el terreno de la guerra sus encomiendas han estado limitadas mayormente en labores de inteligencia, reconocimiento y vigilancia.
En los últimos años, sin embargo, la utilización de máquinas aéreas no tripuladas, como los Predator o los Global Hawk, ha seguido una tendencia de crecimiento imparable. Mientras que durante 2004-2007 se produjeron por parte de E.U. siete ataques con drones contra objetivos localizados en Pakistán, en 2010 aumentaron a 118. Según la Counterterrorism Strategy Initiative, desde que comenzó 2011 y hasta el pasado 2 de octubre, ese país ha realizado 60 ataques con UAV contra insurgentes en el noroeste de Pakistán. Un avión Predator participó en el ataque que acabó con el dictador libio Muamar el Gadaffi.
Los robots son baratos en comparación con los medios tradicionales, más rápidos, ajenos a la fatiga, no conocen el miedo ni el hambre y no ponen en riesgo la vida de su controlador, quien puede estar a kilómetros de distancia. En la actualidad más de 40 países tienen tecnología de estas máquinas de guerra.
Antes de que termine la actual década, los avances tecnológicos estarían permitiendo el desarrollo de una nueva generación de robots militares, los Robots Autónomos Letales (RAL), capaces de adoptar por sí mismos las decisiones necesarias sin ninguna participación humana, así como ‘aprender’ de sus propias acciones, lo cual abriría el debate más allá de las consideraciones tecnológicas. Los humanoides parecen ser el siguiente paso en la evolución robótica, la última versión de los androides.
Un paso en este sentido serían los robots ‘centinelas’ en los que algunos países ya trabajan, como Corea del Sur, que ya ha desarrollado uno que responde a la integración de dos máquinas de vigilancia y seguimiento dotadas con sistemas de reconocimiento de voz incluidas en una sola unidad. Estaría instalado desde junio en un puesto de guardia en la sección central de la Zona Desmilitarizada que divide la península con Corea del Norte. El robot se sirve de la termodinámica y diversos detectores de movimiento para localizar posibles amenazas y alertar a los centros de mando. Si el operador del centro no puede identificar a los posibles intrusos a través del sistema de audio o video del robot, puede darle instrucciones para que abra fuego con un cañón de 40 mm o un lanzagranadas automático.
Corea del Sur también está desarrollando robots de combate altamente sofisticados, armados y dotados de sensores que podrían ayudar a los soldados humanos en el campo de batalla. Ante una disminución de la natalidad la tecnología es vista como una opción para preservar el número de tropas disponibles a futuro.
Pero regresando a los prototipos humanoides, Petman es un autómata incompleto, en desarrollo por Boston Dynamics, que muestra una forma de caminar casi humana y que será utilizado para probar la eficacia de los trajes del ejército de E.U. frente a las armas químicas o a ciertas sustancias tóxicas para los soldados. LS3 es otro prototipo, una ‘mula’ mecánica que será capaz de transportar en un día hasta 180 kilos de equipo militar en distancias de hasta 32 kilómetros. Este robot cuadrúpedo resiste golpes y se mantiene en pie cuando lo empujan. Al parecer lograr que los robots sean capaces de sortear terrenos abruptos está en una fase avanzada.
Pero que reconozcan ambientes distintos y tomen decisiones, aún está muy lejos. “El mundo empezará a cambiar de manera drástica cuando los robots tengan la capacidad de manipulación de un niño de cinco años de edad. Eso significaría que pueden empezar a hacer lo básico”, comentó a la BBC Joe Dyer, experto de la firma iRobot. Por otra parte, la capacidad bélica de los humanoides militares, esas máquinas con apariencia y actitudes humanas, siempre los pondría en riesgo de ir en contra de los tres mandamientos que Isac Asimov formuló en su momento para los robots: 1. No matarás personas; 2. Obedecerás a las personas a menos que esta regla vaya en contra del mandamiento 1; 3. Te defenderás a no ser que esto vaya contra las reglas 1 y 2., situación que también se ha visto rebasada en los argumentos de ciencia ficción.