El origen de la vida pudo haberse reproducido en 1953 con las investigaciones del científico Stanley Miller; esta es la teoría que sustentó.
En 1953, Stanley Miller, un joven investigador, reprodujo en laboratorio las condiciones que supuestamente se produjeron en el origen de la vida. Cinco años después, en un segundo experimento similar, el científico creó una vez más esa ‘sopa primigenia’, pero las muestras fueron olvidadas y Miller no volvió a trabajar con ellas, falleció en 2007.
Jeffrey Bada, un ex alumno de Miller, encontró tales muestras entre el material de laboratorio de su profesor de química. Bada y otros colegas, dirigidos por Eric T. Parker, analizaron de nuevo aquellas muestras archivadas que nunca antes se habían dado a conocer.
Tras analizar las muestras, el equipo ha llegado a la conclusión de que los relámpagos, la actividad volcánica y los gases asociados a esos fenómenos podrían haber reaccionado entre sí a fin de producir los primeros elementos creadores de vida. El hallazgo se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Las modernas técnicas de análisis químico disponibles hoy llegan a ser hasta mil veces más sensibles que los métodos de investigación utilizados en los años 50, de manera que se han detectado los aminoácidos que contenían sulfuro, con proteínas y sin ellas, así como otros componentes en los residuos de la prueba original de Miller.
Los nuevos hallazgos apoyan la idea de que los volcanes -una fuente importante de sulfuro de hidrógeno en la actualidad- y los rayos convirtieron los gases simples en una gran cantidad de aminoácidos que, a su vez, resultaron indispensables para la creación de proteínas simples.
A partir de este estudio los autores plantean que los aminoácidos producidos en el experimento de Miller con el sulfuro de hidrógeno son similares a los hallados en los meteoritos. Esta información los llevó a estudiar dos meteoritos a base de carbono, cuyas concentraciones de aminoácidos en ambos son similares a las sintetizadas por Miller. Según los investigadores, tales descubrimientos sugieren que el sulfuro de hidrógeno, en particular, desempeñó un importante papel en las reacciones químicas precursoras del origen de la vida sobre la Tierra, y quizá en cualquier otro lugar en los inicios del sistema solar.
La hipótesis respalda, en buena parte, la polémica teoría de la Panspermia, la cual sustenta que los asteroides pudieron esparcir la vida por el Universo, lo que abre la puerta a la existencia de la misma en otros planetas.