Falta de fondos obliga a ATA a entrar en hibernación; estaba enfocado a los planetas extrasolares
El Allen Telescope Array (ATA), un campo de 350 antenas dispuestas para detectar emisiones de radio de posibles civilizaciones en otras partes de la galaxia, ha sido cerrado debido a la falta de fondos.
El director general del Instituto SETI en Mountain View, Tom Pierson, explicó que el ATA entró en ‘hibernación’ y está resguardado por personal mínmo.
El ATA es una asociación entre el Instituto SETI, encargado de la construcción del conjunto de telescopios, y el Laboratorio de Radioastronomía de la Universidad de California Berkeley, que los opera. La búsqueda de inteligencia extraterrestre no es una ciencia alternativa, pero las exploraciones han contado con apoyo financiero ante las implicaciones que tendría el descubrir alguna civilización parecida a la nuestra. Fundado en 1984, el Instituto SETI no tiene fines de lucro y ha dependido principalmente de donaciones privadas para apoyar sus investigaciones, enmarcadas en la vida en el universo. La NASA financió una serie de proyectos, pero en 1993 el Congreso estadounidense canceló su participación.
El complejo de antenas (cada una tiene un diámetro de seis metros) está ubicado en el observatorio astronómico de Hat Creek, a 450 kilómetros de San Francisco, California, y su objetivo se había centrado en rastrear cualquier onda de radio que pudiera emanar de los planetas extrasolares descubiertos por la nave espacial Kepler. En febrero pasado, investigadores de la NASA anunciaron que habían compilado una lista de 1,235 posibles planetas que orbitan estrellas lejanas, algunos de los cuales podrían ser habitables, o estar habitados por alguna civilización tecnológica.
Hasta el momento había operado con financiamiento de la Fundación Nacional de Ciencias de EU y del gobierno del estado de California. En la búsqueda de fondos nuevos, el Instituto SETI ha ofrecido los servicios de ATA a la Fuerza Aérea de EU para ayudar en el seguimiento de los desechos orbitales que puedan poner en peligro a los satélites de defensa.

