Consumir fármacos que alientan a la motivación podría derivar en la amenaza de seguir un estilo de vida que no va contigo
Para el ávido bebedor de café unido a su monótono trabajo de escritorio, existe un momento, quizás a la mitad de la taza, cuando la terriblemente tediosa tarea comienza de verse más realizable. Una ola de adrenalina y dopamina, desencadenada por la cafeína, trabaja para mejorar tu motivación. Al menos hasta que el efecto disminuye.
Tan poco probable como puede sonar, esto ilustra una posibilidad razonable: drogas, como la cafeína, pueden alterar positivamente la forma en que experimentamos lo que estamos realizando. Tomadas consistentemente, podrían ayudar a tolerar circunstancias a largo plazo al inducir regularmente un sentido de interés artificial en lo que de otra forma no nos parece importante. Sin esa sustancia que induce el interés, podríamos ser más propensos a alterar el curso de la vida que llevamos.
Un nuevo estudio, realizado por Torben Kjarersgaar, de la Universidad Técnica de Dinamarca, muestra preocupación al respecto. No se refiere al café, si no a lo medicamentos para combatir el THDA y la somnolencia excesiva como el Aderall y el modafinilo.
Existe una pequeña disputa acerca de que estos fármacos pueden dar un estímulo cognitivo menor a individuos con éstas condiciones. Pero su utilización por parte de estudiantes y profesionales sanos también les ha ganado el dudoso título de ?pastillas para la inteligencia?, ya que pueden mejorar la atención y memoria.
El enfoque del estudio se centra en el riesgo de utilizar las sustancias para encontrar interés y goce en ciertas metas, como en una carrera universitaria o un trabajo, que de otra forma encontraríamos alienantes y sin sentido. Lo que podría resultar en llevar un vida inauténtica, utilizando voluntad inducida por pastillas para vivir una vida que de otra forma no encontraríamos interesante.
El dilema para Kjaersgaar es respecto al impacto de éstas sustancias en el estado de ánimo y la motivación, no en la cognición. De hecho los resultados del estudio, en donde se analizaron 50 experimentos, sugieren que no mejoran la concentración de forma alguna. Pero es difícil reconciliar los resultados con los reportes anecdóticos de quienes utilizan los medicamentos e insisten que, algo respecto a éstos los ayudan a trabajar o estudiar mejor.
El estudio, publicado en el diario AJOB Neuroscience, sugiere que más bien impulsan a la motivación, sin embargo el investigador afirma que a veces la falta de motivación es un síntoma de un problema mayor, como por ejemplo una mala elección de carrera, un trabajo que no te interesa o un estilo de vida que no va contigo. Al tratar esta alienación con una pastilla para sentirte motivada, en vez de reevaluar el curso de tu vida parece una mala idea.

