Desarrollados para respirar gas carbónico, podrían hacer su atmósfera más apta para los seres humanos
En mayo del año pasado el biólogo Craig Venter y su equipo crearon a ‘Synthia’, el primer organismo sintético: sintetizaron el genoma de la bacteria Mycoplasma mycoides, al que agregaron secuencias de ADN y lo incorporaron a una bacteria de otra especie. El resultado: el primer ADN sintético que controla a una célula biológica.
Eso abrió el camino a fabricar organismos según las necesidades: algas que aprovechando la luz solar atrapen el dióxido de carbono y produzcan biocombustibles, la creación de biofertilizantes y biopesticidas, la utilización de software para diseñar nuevos microorganismos que produzcan vacunas, y hasta para que limpien el agua.
El equipo de Venter ya había realizado exitosos experimentos de síntesis de un genoma bacteriano, así como de trasplantes del genoma de una bacteria a otra; para crear a ‘Sinthia’ combinaron ambos métodos.
Ahora el biólogo planteó, en una plática durante el evento TEDxNASA, que organismos sintéticos desarrollados para respirar gas carbónico, podrían ayudar a colonizar Marte. Harían su atmósfera más apta para los seres humanos. Un nuevo tipo de química basado en CO2 permitiría producir casi cualquier cosa que sea necesaria gracias a ese entorno.
Las bacterias sintéticas en la superficie marciana garantizarían el acceso de los exploradores espaciales a los recursos comunes que de lo contrario tendrían que ser transportados desde la Tierra, como alimentos, combustibles o producción de electricidad. Indicó que los microorganismos pueden ser programados para cumplir cualquiera de estas tareas con gran éxito.
En nuestro planeta, las bacterias artificiales combatirían el cambio climático consumiendo CO2. También los científicos trabajan en un proyecto para crear algas artificiales que se conviertan en un combustible barato y accesible (en 2009 la compañía Exxon Mobil dispuso 600 millones de dólares para financiar su investigación). Otras podrían emplearse para la producción de plástico o medicamentos. Livescience