Ig Nobel, la parodia a los premios que entrega la Academia Sueca, otorgó sus galardones
Promovidos por la revista Anales de Investigación Improbable, los Premios Ig Nobel son una versión divertida que cada año se realiza en Estados Unidos como parodia de los Nobel que otorga la Academia Sueca. Su propósito primero es hacer reír y luego hacer pensar; tienen como objetivo celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de la gente en la ciencia, la medicina y la tecnología. Los premios de la edición 2011 fueron entregados en la Universidad de Harvard, y estos son los ganadores:
El Ig Nobel de Medicina lo obtuvo este año un equipo de investigadores de varias universidades según el cual tener muchas ganas de orinar afecta a la capacidad del ser humano para tomar decisiones.
Ana Wilkinson, de la Universidad de Lincoln, Reino Unido, y Natalie Sebanz, de la Universidad de Radboud Nijmegen, Holanda, fueron laureadas con el Ig de Fisiología por el estudio ‘No hay evidencia de contagio del bostezo en las tortugas de patas rojas’. Mientras que Karl Halvor Teigen, de la Universidad de Oslo, ganó en la categoría de Psicología por un estudio para “tratar de entender por qué la gente suspira”.
El de Literatura fue para John Perry, de la Universidad de Stanford, por su Teoría de la Dilación Estructurada. Esta teoría sostiene que para ser un ‘gran triunfador’ hay que trabajar siempre en algo importante y usarlo como forma de evitar hacer otra cosa aún más importante.
Daryll Gwynne y David Rentz fueron reconocidos con el Ig de Biología por descubrir que ciertos escarabajos buscan aparearse con ciertos tipos de botellas de cerveza australiana, mientras que el de Física se lo llevó un estudio para tratar de determinar por qué los lanzadores de disco se marean y los de martillo no. El de Matemáticas recayó en un nutrido grupo de videntes cuyas predicciones sobre el fin del mundo no se han cumplido, por su labor de enseñar al mundo que hay que ser cuidadoso al hacer suposiciones y cálculos matemáticos.
Y, finalmente, el Ig Nobel de la Paz lo ganó Arturas Zuokas, alcalde de Vilna (Lituania), por demostrar que el problema de los coches mal estacionados tiene solución: aplastarlos con un tanque.