El consumo mundial de azúcar en los últimos 60 años se ha triplicado, y las consecuencias son terribles debido al aumento descontrolado de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo a menos del 5%.
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Además de reducir la esperanza de vida, el alto consumo de azúcares también puede afectar la capacidad reproductiva de ésta y de futuras generaciones, sugirió un estudio encabezado por Juan Miranda Ríos, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la Universidad Autónoma de México.
En un comunicado de la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM, el especialista Ríos informó que durante la investigación se revisaron los efectos del alto consumo de azúcares en el organismo, utilizando como modelo de estudio al gusano Caenorhabditis elegans (C. elegans), el cual comparte un 60 % de sus genes con los del humano, especialmente con los que tienen un equivalente en el control de la producción y utilización de azúcares y grasas.
Esto permitió a Miranda Ríos y su equipo observar los efectos no sólo en las actuales generaciones que consumen azúcares en altas cantidades, sino en sus descendientes, en los que encontró una reducción en la capacidad de reproducción de hasta el 50 %.
Muchos de los genes de C. elegans son homólogos a los del humano, y su metabolismo de carbohidratos como de lípidos, son exactamente igual. En ellos se observó un desajuste por la ingesta de azúcar, proceso que se reflejó en las siguientes generaciones, aunque ya no estuvieran expuestas a esta sustancia cristalina.
“Aunque no lo parezca, este gusano se asemeja mucho a nosotros”, comentó el investigador Miranda Ríos.
El estudio, publicado en la revista PLoS ONE, ofrece la oportunidad de visualizar los efectos del alto consumo de azúcares en más de una generación, seguimiento difícil de realizar en el humano.
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Pandemia de obesidad
En México uno de cada tres niños en edad escolar y adolescentes tienen sobrepeso y obesidad, mientras que en los adultos se llega al 70 %. Nuestro país ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo de adultos.
Estudios indican que entre los años 2000 y 2016 este problema de salud provocó la muerte de un millón 200 mil personas en nuestro país, sobre todo por las dietas altas en carbohidratos y la vida sedentaria.
En la investigación, uno de los resultados que más llamaron la atención de los especialistas fue que las tasas de fertilidad en las siguientes generaciones se redujeron, y había problemas como la muerte de las madres.
El C. elegans pone hasta 200 huevecillos en su vida, explicó el universitario, pero dos generaciones posteriores, con dietas altas en azúcar no rebasaron los 100; además, “varios de éstos no son expulsados, se quedan al interior de la madre hasta hacerla, literalmente, explotar”.
Esta investigación permitirá diseñar fármacos más eficientes para controlar químicamente los cambios que se desencadenan ante los altos niveles de consumo de azúcares, concluyó el experto.