Durante el embarazo, el cerebro de las mujeres se hace más grande, robusto y perceptivo de las necesidades del bebé que viene en camino.
Incluso durante las primeras semanas de embarazo, el cerebro de las mujeres modifica su curso cotidiano. El cambio en la producción de hormonas se centra en el incremento de estrógeno y progesterona. Nunca antes, sin embargo, se había registrado que estas modificaciones alteraran de manera permanente al sistema nervioso de las mujeres.
A pesar de la creencia común de que las mujeres se concentran menos durante el periodo de gestación, los cambios neuronales indican lo contrario. Un estudio reciente llevado a cabo en Lausana, Suiza, explica cómo es que el cerebro de las mujeres durante el embarazo no sólo cambia su tamaño, sino que se hace más perceptivo a las necesidades del bebé que está por nacer. Así funciona.
Cambios vitalicios

Originalmente se pensaba que estos cambios en el cerebro de las mujeres durante el embarazo sólo duraban 9 meses, lo que corresponde a un periodo de gestación normal. Como tal, se creía que era posible revertirlos. Pilyoung Kim, profesora de psicología en la Universidad de Denver, en Estados Unidos, asegura lo contrario:
“Los cambios drásticos que se dan en los niveles hormonales durante un embarazo influencian el cerebro de una mujer, preparándolo para la maternidad”, explica la experta para la BBC.
Esto es así porque el embarazo no sólo es un proceso fisiológico y hormonal. Por el contrario, el sistema nervioso femenino está diseñado naturalmente para que, bajo estas condiciones, pueda prepararse para la maternidad. Sólo durante los primeros meses, dice Kim, el cerebro se agranda.
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¿Una cuestión evolutiva?

Esta evidencia contradice el mito sobre que las personas embarazadas son generalmente más olvidadizas o distraídas. Al respecto, Ann-Marie De Lange, del Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, asegura que este fenómeno se relaciona a que el cerebro de las mujeres durante el embarazo empieza a concentrar sus energías en preparar ciertos comportamientos maternales.
Específicamente, según De Lange, este agrandamiento se aprecia en la corteza prefrontal de las personas gestantes. Es aquí donde el cerebro detona los circuitos de recompensa y los vínculos afectivos con otras personas. La experta asegura que esto se debe a que, biológicamente, el cuerpo se está preparando para atender las necesidades del bebé que va a nacer.
“Si lo pensamos desde una perspectiva evolutiva, tiene sentido que todo cambio que promocione el cuidado y la protección del niño sea beneficioso no solo para los hijos sino también para el éxito reproductivo de la madre”, explica la experta.
A pesar de que existe esta evidencia, los científicos en Suiza no saben si estos cambios se dan antes, durante o después del parto. Si bien es cierto que la plasticidad del cerebro permite que regrese a su tamaño original, algunos cambios “pueden persistir durante el período postparto e incluso por años”, concluye la experta.
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