A nivel de salud mental, hay un antes y un después de la pandemia por COVID-19. Así se pueden mitigar las consecuencias.
Antes de que abra el día, la alarma del teléfono grita. Para despertar, ya es necesario interactuar con una pantalla. Salir de la cama es un reto, que se mitiga viendo rápido alguna de las redes sociales. A la hora de tomar un baño, abrimos alguna plataforma de streaming para poner música. Al salir, ya empezaron a llover mensajes y notificaciones sobre las actualizaciones de nuestros contactos cercanos. Todo esto antes de empezar a trabajar, desde reuniones remotas. La pantalla no se apaga, ni siquiera, a la hora de volver a la cama: antes de dormir, ya nos acostumbramos a mirar las redes sociales una última vez.
La psicóloga clínica Ana Teresa Cal y Mayor asegura de que, parte de los estragos en la salud mental que se han visto durante la pandemia, se ven incrementados debido a esta interacción aumentada con las pantallas. Redes sociales, reuniones remotas, educación a distancia: parece que no tenemos un momento de descanso para concentrar nuestra atención más allá del torrente digital. Para aliviar esta presión, la especialista en terapia Gestalt recomienda lo siguiente, en entrevista exclusiva para Muy Interesante.
No todo puede ser una pantalla

Las pérdidas, trastornos a causa de la enfermedad, los duelos, la situación familiar, el aislamiento, la situación socioeconómica son algunos de los retos que la salud mental ha tenido durante la pandemia, según Cal y Mayor. Las consecuencias de estas experiencias traumáticas se manifiestan como sigue:
“[Se han visto] pérdidas en uno o varios síntomas depresivos y de ansiedad, así como disminución en la atención, en la concentración, en la memoria, en funciones ejecutivas que nos permiten operar”, explica la experta. “En ciertos pacientes se están viendo alteradas, así como otras alteraciones cognitivas de mayor seriedad”.
Para ella, existe una relación entre el ambiente, el proceso de pensamiento que cada quién tiene y el funcionamiento del cerebro. Cuando uno cambia, según su experiencia, se afectan los otros dos factores. Por ello, las consecuencias mentales, neurológicas y emocionales se pueden aminorar o agravar por las condiciones sociofamiliares de las personas.
Por esta razón, la psicóloga recomienda observar el auto cuidado. Hacer ejercicio, comer bien, tener higiene del sueño, mantener y reforzar relaciones sociales y familiares, aprender cosas nuevas, dedicar un tiempo para sí mismo y buscar una espiritualidad son algunas de las acciones que encausan a las personas a encontrar una rutina sana, que les permita salir del influjo digital. “No puede ser todo una pantalla“, enfatiza Cal y Mayor.
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Aproximaciones sucesivas: ¿cómo cuidar la salud mental en la pandemia?

Al momento de reintegrarse a las actividades que antaño fueron cotidianas, hay personas que se paralizan. La ansiedad por la nueva normalidad —por interactuar con otras personas, por ir al súper, por contagiarse de COVID-19— puede ser un obstáculo hoy para funcionar en sociedad. Para ello, Cal y Mayor recomienda el método de las ‘aproximaciones sucesivas‘, que describe así:
“Voy a salir hasta donde me sienta cómoda: salir a la calle dos minutos y me regreso, porque eso es lo que resistí. El siguiente paso es darle la vuelta a la manzana, y así. Poco a poco, vamos a empezar a movernos y a tener contacto con el ambiente o con personas“, explica la experta.
Para ella, la parte social es un área que necesitamos cubrir. De manera progresiva, hacer algunas de las actividades que se realizaban antes permite que las personas entren en una sintonía diferente. Al enfrentarse a un entorno más allá de las cuatro paredes de su casa, con todas las medidas sanitarias, es posible experimentar otras cosas. Para cuidar la salud mental en la pandemia, Cal y Mayor recomienda estas acciones sencillas:
- Respiración consciente, pausada y profunda: sentir cómo el aire entra por la nariz y describe su trayectoria como si llegara al estómago, y de regreso.
- Hacer ejercicio, o alguna actividad que nos tranquilice en nuestra rutina diaria.
- Regresar a los sentidos: en el lugar en el que se esté, identificar lo que podemos ver, oler, escuchar y sentir físicamente.
Estas prácticas centran a la persona en sí misma, y es menos probable que entre en un estado de pánico. Sin embargo, para la psicóloga es fundamental encontrar espacios más allá de las redes sociales para interactuar con los demás.
Quitarse la máscara

Para Cal y Mayor, hay un antes y un después de la pandemia. Más aún en términos de salud mental. Por ello, una de las maneras en las que se puede lidiar con los estragos psicológicos y emocionales es cambiar la manera en la que nos acercamos a las redes sociales:
“Es un problema que viene de mucho tiempo atrás”, explica la experta. “Hay que tener en cuenta de que muchas veces, lo que vemos en redes sociales es una máscara: es lo que la gente quiere que veamos de ellas, no lo que realmente son. […] Muchas veces se transmite algo que ni siquiera está pasando realmente”.
En lugar de satisfacer los deseos de otras personas, la psicóloga recomienda buscar cuáles son las necesidades y deseos de cada persona, según su contexto y posibilidades. Para ella, el pensamiento crítico es fundamental para tener una distancia sana con las pantallas. “Es importante saber decir ‘hasta aquí’, y cerrar la pantalla“, concluye.
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