Se encontraría en las células que producen la hormona del crecimiento y de comprobarse en humanos abriría nuevas opciones médicas
Las mismas células encargadas de producir la hormona del crecimiento, llamadas somatotropas, también funcionan como sensores del organismo, al detectar e ‘informarle’ sobre excesos de nutrientes a fin de evitar la acumulación de grasas y alteraciones de la glucosa, condiciones determinantes en la obesidad y la diabetes relacionada con ella.
Así, la disminución en los niveles de la hormona del crecimiento que se registra conforme se envejece estaría relacionada con el propósito natural de impedir el surgimiento de estas enfermedades, el problema es que si esta baja es excesiva las alteraciones dan pie a su aparición, defectos en el metabolismo y pérdida de masa muscular.
Esto al menos es lo que se ha podido deducir de un estudio publicado en el más reciente número de Endocrinology y realizado por el profesor Raúl Luque, del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba, e investigadores de la Universidad de Illinois.
Los resultados del estudio, que se llevó a cabo con un modelo de ratón transgénico y la eliminación de genes específicos de las células somatotropas, de comprobarse en humanos abrirían nuevas posibilidades terapéuticas para el control de estos padecimientos.

