Los corazones de los recién nacidos tienen la increíble capacidad de regenerarse
Los corazones de los recién nacidos tienen la increíble capacidad de regenerarse. Después de una lesión, producen nuevas células y sanan, habilidad que perdemos poco después del nacimiento. Ahora, científicos han encontrado la manera de conservar a los corazones “jóvenes” por siempre.
De acuerdo a la Organización Mundial de Salud, aproximadamente 17 millones de personas mueren anualmente a causa de enfermedades cardiovasculares. Es la causa líder mundial de mortandad y ataca por igual a hombres y mujeres. Se estima que para el 2030, el número de muertes a causa de fallos cardiacos aumente a 23.3 millones.
Los fallos cardiacos ocurren cuando el corazón no puede bombear la suficiente sangre que requiere el cuerpo. Comúnmente es causado por un ataque al corazón, aunque también puede ser resultado de una alta presión sanguínea o enfermedades congénitas.
Un equipo de investigadores liderados por el Dr. Hesham Sadek, de la Universidad de Texas, encontró que los corazones maduros y dañados podían regenerarse simplemente desactivando el gen que evita la división celular. Por primera vez, se ha identificado al gen Meis1, responsable de controlar el desarrollo celular.
Durante la investigación, se experimentó eliminando el gen Meis1 de ratas. Los corazones de los roedores recién nacidos conservaron su capacidad de auto-regeneración durante más tiempo. Cuando adultas, el corazón reactivaba el proceso de renovación sin interferir con su funcionamiento normal. Por el contrario, enfatizar el mismo gen de las ratas recién nacidas prevenía la división de células y la restauración de los tejidos dañados.
El descubrimiento sugiere que desactivar el gen Meis1 en los humanos podría ser un efectivo tratamiento para los pacientes de fallos cardiacos, ofreciendo una alternativa a las terapias celulares actualmente en práctica. Los corazones adultos podrían reponerse al permitir que las células sigan dividiéndose.
Sin duda se trata de un emocionante prospecto para la medicina, ya que si logra aplicarse correctamente podría ser el inicio de una nueva era en el tratamiento de enfermedades cardiacas. Sin embargo, hace falta una mayor investigación para desarrollar la técnica y empezar a probarla en ensayos clínicos.