Autoridades de Japón consideran extraer y congelar células de la médula ósea para utilizarla en caso de que los operarios vean en peligro su vida por la radiación
Como medida preventiva en caso de que sean expuestos a elevados niveles de radiación que pongan en peligro su vida, las autoridades japonesas consideran recolectar y congelar células madre de los ingenieros y operadores que luchan por controlar el daño producido en los reactores de la central nuclear.
Los altos niveles de radiación pueden causar incluso la muerte por insuficiencia de la médula ósea, sin embargo hay la posibilidad de trasplantar células madre obtenida de la sangre recogida antes.
Para ello los trabajadores deben tomar un medicamento durante varios días para que la médula ósea libere las células madre hacia la sangre, después una máquina filtra ésta para obtenerlas.
Este procedimiento es el mismo que se utiliza en el tratamiento de pacientes con cáncer debido a que la médula ósea se ve afectada con la quimioterapia o la radioterapia.
El director científico del Instituto de Investigación Anthony Nolan y presidente del Grupo Europeo para Trasplantes de Sangre y Médula Ósea, el mexicano Alejandro Madrigal, explicó que más de medio centenar de hospitales en Europa se han puesto de acuerdo para ayudar a los japoneses en caso de ser necesario.
Por lo pronto, 17 trabajadores ya han recibido elevadas dosis de radiación, superiores a los 100 milisieverts; tres que permanecían en el reactor 3 estuvieron hoy expuestos a entre 173 y 180 (el límite máximo establecido por el Ministerio de Sanidad japonés es de 250 milisieverts), por lo que fueron hospitalizados al presentar quemaduras en los pies.

