Buscan científicos evaluar la eficacia de distintas combinaciones genéticas resistentes al virus
El genoma de los gatos y de los humanos es similar en casi 90%. Ambas especies pueden ser portadoras de virus de inmunodeficiencia, pero los mininos raras veces mueren a causa de ellos. Los gatos tienen una resistencia genética innata al VIH, mientras que los humanos la tienen al virus de la inmunodeficiencia de los gatos.
Fue la razón por la que científicos de la Clínica Mayo y de la Universidad Yamaguchi decidieron usar a los gatos para estudiar la resistencia genética al virus. Los modificaron introduciéndoles el gen de los monos macacos TRIMCyp, resistente al VIH, y el gen GFP, el cual hace que los felinos se iluminen de verde bajo los rayos ultravioleta, esto para que sirviera a los investigadores como indicador del trasplante exitoso del gen de resistencia al virus de inmunodeficiencia.
Durante el experimento, que es publicado en Nature, el gen de los macacos fue insertado en los óvulos y en los espermatozoides de los gatos. Luego que los óvulos se fecundaron, se introdujeron en las matrices de las hembras. Semanas después dos madres sustitutas dieron a luz a tres pequeños mininos que se iluminaban de verde y en su genoma estaba presente el gen de resistencia al virus de inmunodeficiencia.
Entonces los biólogos escogieron varias muestras de células de los gatos y las contagiaron con el virus de inmunodeficiencia de los gatos. Las células mostraron una resistencia parcial al virus. Tiempo después cruzaron a los gatos crecidos entre sí, y comprobaron que la descendencia de los felinos fluorescentes conservaba todas las cualidades nuevas adquiridas por sus progenitores. El propósito es que la vulnerabilidad de los gatos transgénicos a los virus de inmunodeficiencia permita evaluar la eficacia de diferentes combinaciones de genes responsables de la resistencia a distintos tipos del patógeno.

