Generalmente recetado por veterinarios, la ivermectina contra COVID-19 es peligrosa y carece de evidencia científica, según autoridades de Estados Unidos.
A más de año y medio de declarada la crisis sanitaria, las medidas alternativas para contener los contagios y las infecciones por COVID-19 han proliferado. Con la misma fuerza de la alza en casos positivos, hay personas que han intentado buscar por su propia cuenta —sin preparación científica, y muchas veces sin conocimiento de causa— soluciones para no caer enfermos. Una de las más famosas entre los anti-vacunas es la ivermectina.
Originalmente, este fármaco se utilizaba en el ganado para evitar infecciones bacterianas. Gobiernos de urbes importantes, como la Ciudad de México, llegaron a recomendarlo como tratamiento exitoso. De la misma manera, figuras públicas que dudan de las pruebas de la Organización Mundial de la Salud o la Federal Drug Aministration (FDA) se han automedicado con estos fármacos, esperando que su efecto sea sanador —o preventivo—de alguna manera.
Con meses de distancia, es una realidad que la invermectina no ha mostrado resultados concluyentes de su efectividad contra COVID-19. Ya fuera por posicionamiento político o franca ignorancia, la mayoría de personas que optaron por estas alternativas —sin saber para qué sirven, cómo se emplean o qué dosis deberían de tomar idealmente— no tuvieron buenos resultados. Esto es lo que sabemos.
¿Qué es y para qué sirve la ivermectina?

“La ivermectina se utiliza a menudo en los EE.UU. para tratar o prevenir los parásitos en los animales“, explica un comunicado de la FDA, específicamente para ganado, como toros, vacas y caballos. Aunque se utiliza en dosis muy específicas para tratar ciertos parásitos en humanos, la institución cancela cualquier intento para utilizar el fármaco como medida preventiva contra COVID-19.
Por lo tanto, automedicarse con ivermectina contra el coronavirus podría resultar nocivo para los riñones y el hígado, que se encargan de filtrar este tipo de sustancias. Finalmente, esta sustancia no es un antiviral: por el contrario, sirve para contrarrestar los piojos, parásitos intestinales y algunas enfermedades tópicas, nada más.
Por esta razón, la FDA insta a la población a sólo utilizar recetas de fuentes confiables. “Nunca utilice en humanos los medicamentos previstos para los animales”, recalca la institución estadounidense. Tomar dosis grandes de esta sustancia es potencialmente letal en seres humanos, aunque algunas celebridades elijan este curso de acción en aras de aliviarse de COVID-19.
Te sugerimos: Una enfermera antivacunas inyecta agua a 8,600 adultos mayores en vez de la vacuna contra COVID-19
¿Medicina independiente?

Cuestionar a las instituciones públicas es válido. También a la ciencia, porque es falible y (en principio), no es dogmática. El problema empieza cuando las fuentes de información para cuestionarles vienen de la pseudociencia o las teorías de la conspiración. Creer ciegamente en estos argumentos, aunque parezcan revolucionarios, representa un riesgo a nivel físico, político y mental.
A pesar de las advertencias de las autoridades, un índice creciente de personas en Estados Unidos están optando por automedicarse con ivermectina. El pico más alto se registró el 13 de agosto de 2021, durante la ola más severa por la variante Delta, según la cobertura de The LA Times. En los casos más extremos, siguiendo la recomendación de políticos erráticos, se registraron casos de personas que fallecieron tras inyectarse desinfectante de ventanas.
Hacer el ejercicio intelectual de saber qué dicen los antivacunas y cuáles son sus métodos sanitarios amplía el acervo cultural de las personas. No así su esperanza de vida, menos aún si se aplican métodos sanitarios que comprometen la salud básica de las personas. Entre ellos, está el uso irresponsable de ivermectina, generalmente recetada por veterinarios —no médicos generales.
Sigue leyendo:
La historia del científico de Pfizer que se convirtió en un líder antivacunas
“Coronacuento”: así funciona la lógica de los negacionistas del Covid-19

