México espera vacunar al 75 % de su población antes de octubre de 2021, pero podría no ser suficiente para alcanzar la inmunidad de rebaño.
En enero de 2021, México atravesaba el momento más álgido de la pandemia: tras las fiestas de fin de año, los contagios aumentaron exponencialmente y las imágenes de hospitales saturados, filas interminables para llenar tanques de oxígeno y ambulancias incapaces de atender las emergencias daban cuenta de la letalidad de la segunda ola durante el invierno.
Cuatro meses después, la ocupación hospitalaria nacional se sitúa en un 87 % menos respecto a aquél entonces, con niveles similares a los de mayo de 2020, previo a la primera ola de COVID-19.
A pesar del pronóstico pesimista que auguraba una tercera ola después de las vacaciones de Semana Santa, el descenso de nuevos contagios y hospitalizaciones ha permitido la reapertura gradual de actividades económicas. Y aunque aún es muy pronto para aseverar que México ha comenzado a dejar atrás la pandemia, los indicadores actuales aunados al avance de la vacunación parecen vislumbrar por primera vez una luz al final del túnel.

Este contexto provocó que a mediados de mayo, el Gobierno Federal confirmara un ambicioso calendario para concluir con el Plan Nacional de Vacunación casi medio año antes de lo previsto.
Según la Secretaría de Salud, la meta actual es vacunar a toda la población antes de octubre y por lo tanto, alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño con el 75 % de la población inmune (entre vacunación y anticuerpos generados después de cursar la enfermedad) una vez iniciado el otoño de 2021, pero…
¿Qué tan probable es alcanzar la inmunidad de rebaño en México antes de octubre?

Hasta el 20 de mayo, en todo el país se han vacunado 17.3 millones de personas (19 % de la población mayor de 18 años), de las cuales 11.5 millones ya poseen el esquema completo.
En la última semana, la llegada constante de lotes de vacunas ha provocado un aumento en la velocidad con que se aplican en territorio nacional y según la Secretaría de Salud, la meta es suministrar poco más de medio millón de vacunas diarias para vacunar a todos los mayores de edad antes de octubre, un objetivo que se ha mantenido durante mediados de mayo con un récord de 710,005 vacunas aplicadas el 19 de mayo.
Sin embargo, aún manteniendo cifras de vacunación diarias por encima del medio millón, es probable que la inmunidad de rebaño se demore más allá de 2021 o bien, incluso que resulte imposible alcanzarla:
El largo camino hacia la inmunidad colectiva

Desde el inicio de la pandemia, el objetivo de todos los países tiene un solo nombre: inmunidad de rebaño. La teoría asegura que la inmunidad colectiva se alcanza cuando la mayoría de un grupo (sea por enfermedad o por vacunación) se vuelve inmune a un agente infeccioso y por lo tanto, la transmisión de un virus desciende drásticamente, mientras las personas más vulnerables se mantienen protegidas.
En el caso nacional, la Secretaría de Salud estima que cerca del 50 % de mexicanos se han infectado de COVID-19, es decir, unas 60 millones personas. Sumando los 11.5 millones de vacunados con esquema completo al momento, no parece descabellado alcanzar el ansiado 75 % que en teoría, significaría llegar a la inmunidad de rebaño.
Sin embargo, cada vez más científicos de todo el mundo coinciden en que los múltiples factores actuales de la pandemia podrían dejar sin efecto la inmunidad colectiva.
Entre ellos, la llegada de nuevas variantes con potencial escapar a la protección que ofrecen las vacunas actuales, la resistencia de grupos antivacunas a inmunizarse y la lenta velocidad de vacunación son factores que pueden echar por tierra la idea de inmunidad de rebaño.
Además, aún no se sabe si todas las vacunas son capaces de detener la transmisión de COVID-19 y sobre todo, se desconoce la duración de la protección de las vacunas desarrolladas y aplicadas en la actualidad.
De ahí que cada cada vez más especialistas consideren como una opción tangible la imposibilidad de llegar a la inmunidad de rebaño y en su lugar, que COVID-19 se convierta en una enfermedad común de brotes pequeños que aumentarán estacionalmente, tal y como sucede con la influenza una vez que bajan las temperaturas.
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