Durante décadas, el cuerpo momificado de un pequeño niño que se encontró enterrado en una iglesia en Nápoles, Italia, fue considerada la evidencia más antigua de viruela.
Durante décadas, el cuerpo momificado de un pequeño niño que se encontró enterrado en una iglesia en Nápoles, Italia, fue considerada la evidencia más antigua de viruela.
Estudios recientes muestran que la razón de muerte de este pequeño niño fue el virus de la hepatitis B, no la viruela. El descubrimiento, que se publicó en la revista científica PLOS, proporciona evidencia que la hepatitis B ha existido desde varios siglos atrás y sus consecuencias han cobrado vidas desde entonces.
El niño se encontraba enterrado en la basílica de San Domenico Maggiore en Nápoles desde el siglo XVI, los expertos creen que murió a los dos años. Junto al ataúd del pequeño, se encontraron docenas más, que contenían cadáveres jóvenes de príncipes de Aragón y nobles de Nápoles.
Hepatitis b
La hepatitis B es una infección viral del hígado que puede transmitirse con la sangre y otros líquidos corporales. Es potencialmente mortal: provoca enfermedades como la cirrosis y el cáncer hepático. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay alrededor de 257 millones de personas en el mundo con esta enfermedad.