Utilizando células reprogramadas del mismo paciente, investigadores han conseguido que 19 de 30 participantes permanezcan en remisión
Un equipo de investigadores, de la Universidad de Pensilvania, ha anunciado los resultados de un nuevo tratamiento para pacientes con leucemia que utiliza las propias plaquetas como agentes que combaten la enfermedad.
Los científicos decidieron trabajar con pacientes que tenían un tipo de leucemia especialmente agresivo. Todos los participantes del estudio tenían cáncer que había regresado al menos cuatro veces.
El nuevo tratamiento utiliza linfocitos T, un tipo de leucocito que juega un papel crucial en la respuesta inmune del cuerpo, recolectados por medio de un proceso de transfusión sanguínea. Tras ser extraídos los linfocitos T son modificados para buscar una proteína llamada receptor de linfocito B (BCR), localizada en la superficie de los linfocitos B de los pacientes. Los linfocitos B son otro tipo de leucocito que son atacados de manera específica por la leucemia.
Posteriormente los linfocitos T modificados, serán transferidos de vuelta al torrente sanguíneo del paciente, en donde comenzarán a cazar a los BCR, matando a la leucemia y a los linfocitos B a los que esta adherida.
La desventaja de la cura, es que después de esto el paciente se quedará sin linfocitos B, cuyo rol es producir anticuerpos para atacar cualquier cosa que amenace al cuerpo, incluyendo virus y bacterias, por lo que el paciente estará extremadamente vulnerable hasta que pueda generar más de estos leucocitos. Esto es algo que los hospitales deberán tomar en cuenta si el tratamiento comienza a usarse, pero el beneficio que tiene es que solo debe de ser administrado una vez para que funcione.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista New England Journal of Medicine, de los 30 pacientes, niños y adultos, que recibieron el tratamiento, 27 consiguieron remisión completa (el 90%). La remisión se mantuvo por más de 6 meses en 19 de los 30 participantes.
Ahora el equipo trabaja en reducir los efectos secundarios del tratamiento, que incluyen fiebre, náusea, dolor muscular y dificultad para respirar.