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La aprobación de las primeras vacunas contra Covid-19 de Pfizer y Moderna han resultado muy eficientes para prevenir infecciones graves; sin embargo, todavía no existe información suficiente que corrobore que también sirven para evitar la propagación del virus después de que se aplican. El cubrebocas sigue siendo el primer escudo contra la enfermedad.
Estas dos grandes farmacéuticas se encargaron únicamente de registrar cuántos casos positivos de coronavirus hubo después de que se aplicó la inyección. Por lo cual, sigue existiendo la posibilidad de que algunas personas ya vacunadas puedan infectar a los demás, de una manera asintomática y silenciosa.
Si las personas que adquieren la enfermedad de manera asintomática entran en contacto con otros, es muy posible que sigan propagando el virus. De esta forma, será muy difícil que las curvas de contagio cedan. Por esta razón, las autoridades de todo el mundo sugieren ampliamente el uso obligatorio de cubrebocas, incluso después de que la gente se vacune.
Para evitar que el Covid-19 siga circulando y poniendo en riesgo a las personas no vacunadas, las medidas de prevención que se han implementado hasta ahora seguirán siendo fundamentales para acabar con la pandemia. Michal Tal, inmunólogo de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, señala lo siguiente en este respecto:
“Mucha gente piensa que una vez que se vacunen, ya no tendrán que usar máscaras. Realmente será fundamental para ellos saber si tienen que seguir usando máscaras, porque aún podrían ser contagiosas”.
Como en la mayor parte de las infecciones respiratorias, el mayor punto de contagio es la nariz. Por esto, usar el cubrebocas correctamente —es decir: tapando la boca y las fosas nasales por igual— es un imperativo. Si el virus ingresa al organismo por este medio, es más fácil que se desarrolle, porque la mucosa de la zona lo provee de las condiciones que necesita para multiplicarse.
Las vacunas de Pfizer y Moderna tienen un 95 % de efectividad para prevenir enfermedades sintomáticas. Por esta razón, los casos asintomáticos se convirtieron en el riesgo principal, ya que es casi imposible percatarnos de quiénes son. Con más razón, el uso del cubrebocas es la clave para superar la emergencia sanitaria.
Hoy, protegernos contra una enfermedad severa es posible. Sin embargo, es una obligación colectiva proteger a los demás siguiendo los protocolos sanitarios internacionales. Sólo así, podremos ganar la carrera contra el Covid-19.
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