En Estados Unidos, la madre primeriza promedio tiene 25 años, cuatro más que en 1970. En Japón, tiene 29 años y en Reino Unido 30 años
La maternidad tardía es cada vez más común alrededor del mundo. En Estados Unidos, la madre primeriza promedio tiene 25 años, cuatro más que en 1970. En Japón, tiene 29 años y en Reino Unido 30 años. Incluso en África, la cantidad de mujeres que han dado a luz a los 20 años ha disminuido por 20% desde el 2000. Este fenómeno preocupa a científicos y economistas quienes prevén serias consecuencias sociales.
Investigadores del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists en Reino Unido, advierte que la fertilidad de la mujer disminuye dramáticamente a partir de los 35 años. Pasando esa edad las complicaciones a la salud, tanto de la madre como del hijo, aumentan enormemente. Sin embargo, tanto hombres como mujeres han alargado su periodo educativo, por lo que comienzan a trabajar más grandes y toman más tiempo en alcanzar la estabilidad financiera y profesional necesaria para empezar una familia.
Las mujeres que empiezan a reproducirse a una edad madura tienen pocos hijos por lo que muchos países, especialmente en Europa, sufren de falta de juventud imprescindible como fuerza de trabajo. Los embarazos tardíos pueden resultar en defectos de nacimiento como el labio leporino y el parálisis cerebral. La posibilidad de dar a luz a un bebé con síndrome de Down aumenta en 30% para una mujer adentrada en los 40 años.
Los padres mayores a los 30 años también aumentan la probabilidad de engendrar a un hijo enfermo, especialmente de desordenes psíquicos y neurológicos. Es dos veces más factible que un hombre de 40 años procree un niño esquizofrénico o con autismo que uno de 20 años.
La sociedad moderna sigue un ritmo distinto al de la naturaleza. La fertilización in Vitro y los vientres alquilados son intentos de asemejar la disparidad entre la vida actual y las leyes de la naturaleza.

