Según el estudio, el cerebro asocia el movimiento de articulaciones artríticas con el dolor, por lo los pacientes con artritis suelen sentir más dolor al moverse
Los amputados que experimentan el “dolor fantasma”, aquel remanente sensitivo que queda sobre la parte amputada, tienen alivio con las ilusiones ópticas.
El truco implica el mirar un espejo desde cierto ángulo para que se observe la parte amputada de tal forma que se vea al miembro en su lugar, dando un mensaje engañoso al cerebro para que éste envíe la sensación de alivio.
Ahora, un estudio sugiere que esta técnica podría funcionar con las personas que sufren de artritis.
La científica cognitiva Laura Case, del laboratorio Vilayanur S. Ramachandran de la Universidad de California, San Diego, aplicó la técnica del espejo para superponer la mano sana de hombre sobre la mano artrítica de un paciente, que fue dolorosamente contorsionada.
Los pacientes imitaban los movimientos lentos y decididos de la mano del hombre con su propia mano invisible, para dar el efecto de que la mano era suya.
Después de experimentar la ilusión de ver “su mano” moviéndose suavemente, los pacientes clasificaron el dolor de su mano artrítica como más bajo que antes, incrementando la sensación de motricidad.
Los resultados sugieren que el cóctel tóxico de moléculas inflamatorias que bañan a una articulación artrítica no es la única fuente de sensaciones dolorosas.
“El cerebro ha aprendido a asociar el movimiento con el dolor” dijo Case a Scientific American, publicación de la cual es consejera, y quien presentó sus resultados en la conferencia Sociedad para la Neurociencia, celebrada en pasado noviembre en Washington, D.C.
El equipo investigará si este tipo de terapia de ilusión óptica podría proveer beneficios a largo plazo para el tratamiento de artritis.