Los buenos hábitos de estudio son más efectivos que medicamentos estimulantes como Ritalin
Antes que medicinas estimulantes como el Ritalin, Concerta y Adderall obtuvieran fama en la década de los setenta, el tratamiento para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDA-H) se enfocaba a las terapias de comportamiento.
Ahora, tomando en cuenta la montaña de dosificaciones y los periodos largos de tratamientos, acompañados de drogas estimulantes, los investigadores clínicos están revisando las técnicas actuales de tratamiento.
Porque, mientras los medicamentos pueden ayudar a los pacientes jóvenes a concentrarse y comportarse en el salón de clases, estudiosos sugieren que un cambio basado en el comportamiento resulta en una mayor diferencia a largo plazo.
Hábitos en lugar de drogas
Durante la conferencia Biología Experimental 2012, celebrada el mes de abril en San Diego, California, se presentó una nueva síntesis de un hallazgo que involucra los aspectos cognitivos, farmacológicos y conductuales en el tratamiento de TDA-H.
La líder del estudio, la psicóloga Claire Advokat, de la Universidad Estatal de Louisiana, junto con colegas, se volcó a la búsqueda de los efectos reales de las drogas estimulantes en estudiantes universitarios.
Advokat observó que, dado que el bajo rendimiento de algunos estudiantes en la escuela se debe a la presencia del TDA-H, estos problemas no son mejorados por los medicamentos.
En lugar de eso, los resultados de la investigación de Advokat indican que los estudiantes con TDA-H se dividen naturalmente en aquellos que tienen buenos hábitos de estudio y los que no los tienen, independientemente del tratamiento.
Si los estudiantes con TDA-H tenían constantes hábitos de estudio, no se necesitaba la medicación para reforzar sus calificaciones
Así, los resultados sugieren que un modelo de terapias cognitivas y conductuales enfocadas en la reducción de impulsividad y el fortalecimiento de hábitos positivos a largo plazo, podría reemplazar las dosis actuales de estimulantes en niños y jóvenes adultos.
Y es que otro estudio de la Universidad Internacional de Florida examinó el objetivo de intervenciones conductuales, no sólo en los niños de escuela primaria, sino en los padres con el mismo desorden.
Los padres de niños con TDA-H suelen presentar mayor estrés y dificultades que los que no tienen hijos con el trastorno.
Después que Bill Pelhman, psicólogo y líder del estudio, implementó técnicos para manejar el estrés en los padres, dándoles herramientas para ayudar a sus hijos, se observaron mejoras significantes en el comportamientos de sus respectivos vástagos.
Y aunque aunque, hasta el momento, los tratamientos con estimulantes son más baratos y proveer resultados a corto plazo, los científicos y padres de familia saben que los resultados a largo plazo son los que importan.
Fuente: Scientific American

