La laringe sintética es producto del órgano de un donador bañado con células de la medula ósea del paciente
Un equipo internacional de cirujanos de Rusia han transplantado por primera vez unas laringes sintéticas en dos pacientes, procedimientos que marcan los primeros pasos en cerrar y transplantar una laringe entera de un solo golpe.
Un enorme paso para la medicina regenerativa.
El injerto es similar pero diferente a una operación previa que consistió en una traquea desarrollada en laboratorio que fue transplantada a un paciente, una operación realizada por el mismo grupo de cirujanos que ahora sustituyó las partes de unas laringes.
En el transplante de traquea, el órgano vino de una donador cuya traquea fue bañada con células madre del receptor para que el órgano no fuera rechazado por el organismo.
Pero los últimos procedimientos de injerto de laringe involucraron un recubrimiento sintético de andamios celulares, en lugar de material biológico extraído de un donador, con células de las médulas óseas de los pacientes.
Una vez transplantados, las piezas de la laringe, conocidas como el arco cricoidal y la placa, un segmento en la base de la laringe, generaron capas de superficie celular nativa del los pacientes.
En ambos casos, las cajas de voz de los pacientes habían sido severamente dañadas en accidentes automovilísticos al punto que no podían hablar naturalmente, y en ambos casos, las laringes sintéticas restauraron sus capacidades de habla natural casi inmediatamente.
Los cirujanos que realizaron las operaciones las llamaron como los injertos sintéticos mas ambiciosos hasta la fecha, abriendo paso para crear una laringe sintética completa que pueda ser transplantada a aquellos cuyas cajas de voz están dañadas por accidente o enfermedad.
Esto implica una forma de alivio para el campo médico, ya que la laringe es un órgano muy matizado que forma parte de una compleja arquitectura humana.
Cada órgano es diferente, pero si un cirujano puede construir una laringe a partir de las células de la médula ósea del paciente, pone en cuestionamiento los alcances que puede tener la medicina regenerativa.
Fuente: NewScientist