Aunque todavía no existe evidencia fehaciente de vida extraterrestre, las agencias espaciales se cuestionan qué deberíamos hacer cuando la encontremos.
No: todavía no existe evidencia de vida extraterrestre, pero la NASA sugiere que es necesario empezar la conversación sobre qué pasará cuando la humanidad se enfrente a otras civilizaciones inteligentes. A pesar del escepticismo que la pseudociencia ha generado entre los investigadores serios, la agencia sigue buscando evidencia suficiente para sustentar la existencia de otras maneras de vida más allá de la Tierra.
A pesar de los esfuerzos significativos que diversas agencias espaciales han hecho por estudiar la historia natural de los planetas en nuestro Sistema Solar, aún no existe evidencia fehaciente que confirme otras formas fuera de nuestro planeta. La discusión sobre cómo debería de actuar la raza humana ante este escenario, en el mejor de los casos, sigue siendo incipiente.
Abrir la conversación

La euforia por encontrar civilizaciones perdidas en el continuo cósmico no es nueva. Por el contrario, estudios enteros se han conducido para comprobar la existencia de vida extraterrestre que ha intentado establecer contacto con la Tierra. Ninguno de ellos, sin embargo, ha sido fructífero hasta el momento. Por el contrario, siempre han logrado desmentirse —incluso los más serios.
A pesar de ello, el científico jefe de la NASA, James Green, defiende la necesidad de abrir la conversación pública con respecto a qué pasará cuando sí encontremos vida extraterrestre, incluso al interior de nuestro Sistema Solar. Antes que nada, el experto resalta la necesidad de un marco común para informar sobre este tipo de evidencia:
“Nuestra generación podría ser, de manera realista, la que descubra evidencia de vida más allá de la Tierra”, explica el equipo de Green. “Con este potencial privilegiado viene la responsabilidad”.
Más aún, la agencia asegura que es ‘poco probable’ que el descubrimiento de vida extraterrestre sea una cuestión dicotómica. Por el contrario, según se explica en el comunicado, se trata de “un proceso prolongado y en evolución de investigación y descubrimiento científico”.
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La cuestión ética

En la actualidad, no existe una ética común en torno al accionar intergaláctico. Hemos relegado este tipo de discusiones al ámbito de la ciencia ficción, desde el cine y la literatura. El problema al que nos enfrentamos hoy es que empresas privadas ya están invirtiendo en proyectos multimillonarios para colonizar Marte y hacer minería en la Luna.
Las probabilidades de que exista un contacto con otra civilización inteligente no son despreciables. Más aún: la ciencia no es dogmática y, en principio, no toma posturas políticas con respecto al saber. Aunque históricamente muchas afirmaciones en torno a la vida extraterrestre resultaron erróneas o ambiguas, el campo sigue abierto en la infinidad del universo.
A diferencia de lo que se dice, nosotros no somos infinitos. Somos parte del proceso de transformación de la materia. Aún así, hasta donde sabemos, los seres humanos tienen consciencia mientras viven —y pueden tomar decisiones. Por ello, la NASA propone reformular la búsqueda de la vida como un esfuerzo progresivo, en el cual también se discuta la cuestión ética sobre qué se hará al encontrar vida en otros planetas.
Hoy, ese campo se mantiene en silencio. O lo que es peor: pertenece solamente a unos pocos.
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